Encuentro de Mujeres Indígenas de México: Fuerza Espiritual y Resistencia

Del 7 al 9 de marzo de 2025, se celebró el Encuentro de Mujeres Indígenas en Huayacocotla, Veracruz, México. Este evento se configuró como un espacio esencial para la reflexión y el intercambio de saberes ancestrales, diseñado especialmente desde y para las mujeres de pueblos originarios, con la intención de fortalecer su identidad y sus luchas desde sus propias visiones culturales y espirituales.

El encuentro fue organizado por la Red de Mujeres Indígenas, con el apoyo de la Red de Solidaridad y Apostolado Indígena de la CPAL. Este respaldo permitió que mujeres de diversas comunidades indígenas —Rarámuri, Tseltal, Otomí, Náhuatl, Ch’ol y Wirarika— se reunieran en un espacio seguro para expresar sus resistencias, esperanzas y propuestas para el buen vivir de los pueblos. 

Además de ser un lugar para compartir experiencias, el encuentro tuvo como objetivo principal visibilizar sus luchas y fortalecer su protagonismo desde la identidad cultural y espiritual que las sostiene. Este evento se convirtió en un acto colectivo de reafirmación de su existencia, sus derechos y su conexión con la tierra y sus comunidades.

La fuerza de la espiritualidad

Desde el inicio del encuentro, la espiritualidad fue un componente esencial. El ritual de apertura, fue guiado por mujeres tarahumaras y ayudó a establecer un ambiente de respeto, unión y fuerza colectiva. La espiritualidad, más allá de ser un acto ritual, se manifestó como un vínculo profundo que conecta a las participantes con sus ancestras y ancestros, sus territorios y sus raíces culturales.

Este componente espiritual no solo proporcionó cohesión al grupo, sino que se convirtió en una fuente renovadora de fortaleza y propósito para sus luchas. Las oraciones y rituales simbolizaron tanto actos de comunión con sus antepasados como reafirmaciones identitarias en medio de contextos hostiles que buscan despojarles de su cultura y su tierra.

Durante el encuentro, se hizo evidente que la espiritualidad de estas mujeres indígenas trasciende la esfera simbólica; es un acto político y social que reivindica su conexión con la tierra, sus cuerpos y sus culturas. Los rituales de apertura y cierre, así como la misa celebrada en la comunidad de Jalamelco, se consolidaron como actos concretos de resistencia y construcción colectiva desde lo sagrado y lo comunitario.

Luchas y Resistencias

El evento brindó un espacio seguro para que las mujeres indígenas compartieran sus realidades, especialmente aquellas relacionadas con la defensa de sus territorios y cuerpos. Las participantes denunciaron cómo sus comunidades y su integridad física y cultural se ven amenazadas constantemente por proyectos extractivistas, políticas gubernamentales inadecuadas y estructuras sociales que perpetúan la discriminación y el despojo.

La visita a la comunidad de Jalamelco, actualmente amenazada por proyectos mineros, fue uno de los momentos más significativos del encuentro. Allí, se reflexionó sobre la íntima relación que existe entre tierra, cuerpo y cultura para las mujeres indígenas. La lucha por proteger estos elementos vitales no solo se presenta como una defensa territorial, sino como una lucha por preservar su propia existencia y su forma de vivir.

En este contexto, se desarrollaron actividades creativas que fomentaron la representación simbólica de sus territorios y luchas a través del bordado, la pintura y la elaboración de figuras. Este proceso artístico permitió expresar colectivamente sus esperanzas y desafíos, demostrando que la creación también es un acto de resistencia.

Asimismo, se llevaron a cabo reflexiones profundas sobre la situación de la mujer indígena en diversos ámbitos como la familia, la escuela, la comunidad, los medios de comunicación y la iglesia. Durante estas reflexiones, se identificaron obstáculos y fortalezas emergentes de cada contexto, destacando la importancia de articular sus luchas desde una perspectiva integral que incluya todos estos aspectos.

La Esperanza en la Unión

El encuentro no solo fue un espacio de denuncia, sino también de construcción de esperanza y articulación de estrategias para enfrentar las dificultades. En este sentido, se promovió la creación de microresistencias y redes de apoyo colectivo que permitan a las mujeres indígenas fortalecerse mutuamente y potenciar sus luchas.

Uno de los momentos más conmovedores fue la elaboración del Mural de la Esperanza, un símbolo de unión y solidaridad creado a partir de objetos simbólicos traídos por cada participante. Este mural, más que una obra artística, se convirtió en un manifiesto visual que representa la valentía, la espiritualidad y la creatividad que nutren sus resistencias.

Además, se construyó un comunicado conjunto en el que se plasmaron las demandas, propuestas y acuerdos alcanzados durante el encuentro. Este documento no solo resume el trabajo realizado, sino que también se proyecta como una guía para futuras acciones coordinadas entre las diferentes comunidades indígenas participantes.

La convivencia cultural que cerró el evento estuvo marcada por danzas, cantos y otras expresiones tradicionales, reafirmó la riqueza de sus culturas como herramientas poderosas de resistencia, sanación y creación de esperanza. La transmisión de estas prácticas ancestrales también se percibe como un acto de resistencia frente a la homogenización cultural impuesta por la modernidad.

El Encuentro de Mujeres Indígenas demostró que la espiritualidad no es únicamente un acto ritual, sino una fuente de poder movilizador, organizador y fortalecedor de sus luchas por la vida, la tierra y la identidad. En la unión de sus voces y la construcción de redes solidarias, estas mujeres encontraron caminos para resistir, sanar y construir esperanza, convencidas de que su fuerza espiritual es también su fuerza política.

La experiencia vivida en Huayacocotla no solo reafirma su derecho a existir y resistir, sino que también plantea un desafío para la sociedad en su conjunto: reconocer, valorar y aprender de la sabiduría ancestral que las mujeres ofrecen para la construcción de un mundo más justo y equitativo.

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RSAI

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