25 noviembre, 2025
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, desde la CPAL compartimos un artículo preparado por el Grupo de Género e Igualdad, reconociendo y valorando el camino que vienen trazando en la región.
El 25 de noviembre recordamos a tres hermanas valientes —Minerva, Teresa y Patria Mirabal— quienes fueron brutalmente asesinadas junto con su chofer, tras ser detenidas cuando regresaban de visitar a sus esposos injustamente encarcelados. Su muerte, en 1960, fue un parteaguas en su tierra y en el mundo: fue el declive del régimen de Rafael Leónidas Trujillo y fue resignificada por el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y de El Caribe de 1981 que estableció el Día Mundial de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres1.
Fue en 2000, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer2. Este año conmemoramos 25 años de esa efeméride, así como 30 años de la Conferencia y Plataforma de Acción de Beijing y del Decreto 14 de la Congregación General 34 de la Compañía de Jesús.
Todos llaman a erradicar la violencia contra niñas y mujeres, tan arraigada en nuestras sociedades. También apuestan a lograr entornos seguros y libres de violencias, machismos, misoginia y discriminación, entendiendo que la deconstrucción y la conversión son posibles si existe voluntad, reflexión, formación y políticas que acompañen acciones que avancen en esa dirección.
El decreto 14 CG34, sobre “la Compañía y la situación de la mujer en la Iglesia y en la sociedad” reconoce que “aún nos queda el legado de una discriminación sistemática contra la mujer. Está enquistado en las estructuras económicas, sociales, políticas, religiosas y hasta lingüísticas de nuestras sociedades.”3 Asimismo, reconoce que han “sido parte de una tradición civil y eclesial que ha ofendido a la mujer.”4
El compromiso en la erradicación de la(s) violencia(s) de género dentro y fuera de la Compañía es un ejercicio de congruencia y esperanza. En el caso de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe (CPAL), el Grupo de Género e Igualdad es un espacio que busca contribuir como comunidad de discernimiento, a la construcción de relaciones de género más justas en el cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús desde América Latina y el Caribe.

El trabajo del grupo ha irradiado en sus integrantes que han incidido en sus provincias con acciones que han dado frutos, siendo las más importantes las comisiones de género con composición diversa de apostolados (educativo, social, espiritual), regiones, jesuitas e integrantes del Grupo de género e igualdad:
Las comisiones han definido de manera colectiva su método de trabajo; han sido flexibles, analizan el contexto y escuchan al Espíritu. La participación de hombres, mujeres y jesuitas, en un espacio igualitario y horizontal, ha sido clave para lograr procesos de escucha profunda y de definición de acciones que identifiquen las preocupaciones y repliquen las buenas prácticas.

El trabajo de las comisiones se ha centrado en: a) acciones de formación/reflexión (Centroamérica, Colombia, Ecuador y Venezuela); b) elaboración de documentos varios: i) diagnósticos (Centroamérica, Colombia, Ecuador, Venezuela y Brasil); ii) planificaciones estratégicas (Colombia y Venezuela); iii) manuales y guías (Ecuador y México); c) elaboración de políticas de género provincial (Ecuador); y d) acciones conjuntas de comunicación y difusión con los equipos de comunicación de las Provincias (Centroamérica, Colombia, Ecuador, Venezuela y México).


Al ser fundamental la relación con la Provincia, el nombramiento de una o varias personas coordinadoras de la comisión facilita la parte administrativa y logística. Asimismo, la comunicación continua con la Provincia se ha logrado a través la designación de personas integrantes del gobierno (delegados, asistentes, integrantes de oficinas de comunicación o proyectos). Finalmente, la participación activa del Provincial ha sido esencial (dentro de las comisiones, en eventos o momentos clave) pues muestra interés y compromiso a nivel de Provincia a la vez que enriquece más el proceso y la toma de decisiones.
Finalmente, la permanencia de las comisiones ha sido un tema discutido y un acierto decidido por varias de ellas, sabiendo que las reflexiones, la puesta en marcha de iniciativas (diagnósticos, campañas, etc.), la construcción colectiva de iniciativas y la deconstrucción de actitudes y comportamientos toman su tiempo y muchas veces son insuficientes los cuatro años del servicio que presta un Provincial. Existen ejemplos de humildad, compromiso y continuidad de la iniciativa como en Ecuador, Colombia y Venezuela, donde se han ratificado las comisiones y han continuado los trabajos. Recientemente, México nombró una comisión que seguirá actuando aún con el cambio del gobierno provincial.


En definitiva, estas comisiones abonan a la misión de justicia y reconciliación de la Compañía y al llamado apostólico de creación de un mundo mejor.
Grupo de Género e Igualdad Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe – CPAL.