8 marzo, 2025
Celebrar y promover el papel de la mujer en la Compañía de Jesús
Este año marca un momento significativo de reflexión y compromiso dentro de la Compañía de Jesús ya que se conmemora el 30º aniversario del decreto 14 de la Congregación General 34 que enfatiza que la participación de las mujeres es fundamental para la integración de la fe y la justicia. Asimismo, el mundo recuerda el 30º aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing adoptada por la Cuarta Conferencia Mundial de la ONU sobre la Mujer, cuyo lema para 2025 es: “Por TODAS las mujeres y niñas: Derechos. Igualdad. Empoderamiento”. Ambas celebraciones resuenan profundamente con las voces de las mujeres que han dado forma al camino de la Compañía de Jesús con esperanza y urgencia.
Las mujeres en la tradición ignaciana
Durante siglos, la tradición ignaciana ha honrado la sabiduría, fe y fuerza de las mujeres. La Compañía reconoce especialmente a María, la Madre de Jesús, cuyo Magnificat (Lucas 1:46-55) ejemplifica la gracia transformadora de Dios. Las mujeres han desempeñado un papel fundamental en la educación, la formación, las obras apostólicas y el liderazgo, ofreciendo ideas sustentadas en profundos encuentros con el Evangelio. Su presencia ha dado forma a la Compañía de Jesús, reflejando la apertura y el amor receptivo de María. Esta historia invita a la Compañía a continuar imaginando estructuras y prácticas para un futuro más incluyente.
Las contribuciones de las mujeres dentro de la tradición jesuita no son complementarias, sino fundacionales. Ya sea como educadoras, administradoras, compañeras espirituales o en puestos administrativos, su trabajo es vital para fomentar una misión que es, a la vez, transformadora y profundamente arraigada en la justicia.
Esas historias de fe, resiliencia, sensibilidad y servicio reflejan el camino de María: uno de contemplación, valentía y acción decisiva. También llaman al reconocimiento de la necesidad de su participación en la configuración del futuro de la Iglesia y de la Compañía.
Sinodalidad y voces de mujeres
Una Iglesia verdaderamente sinodal requiere que las voces auténticas de las mujeres sean escuchadas e integradas en el discernimiento colectivo. En 2021, el Padre General Arturo Sosa, SJ, estableció la Comisión sobre la Función y las Responsabilidades de las Mujeres en la Compañía de Jesús para asegurar que las voces de las mujeres sean escuchadas más profundamente en la configuración de la misión jesuita.
Con seis mujeres laicas, una hermana religiosa, un hombre laico y cinco jesuitas, el trabajo de la Comisión incluye la evaluación de la implementación del decreto 14, emitido en 1995. Una de las iniciativas más importantes de la Comisión fue una encuesta global realizada en 2023, que llegó a aproximadamente 1400 personas colaboradoras.
Tras la finalización de la encuesta siguió una fase cualitativa, que incluyó entrevistas individuales y grupales en profundidad con mujeres y hombres laicos, religiosas y jesuitas, así como conversaciones en grupos focales. Todas las personas participantes tenían experiencia con la Compañía de Jesús y sus programas, ya sea como empleadas o voluntarias.
La Comisión se reunió en Roma en noviembre pasado y, a través del discernimiento, el análisis y conversaciones espirituales, avanzó en su mandato, que incluye la evaluación y la emisión de recomendaciones. El informe final está en proceso de elaboración y se presentará al Padre General en el tercer trimestre de 2025.
Liderazgo femenino en la Compañía de Jesús
La espiritualidad ignaciana se nutre de la interacción dinámica entre la contemplación y la acción. Las mujeres han encarnado este equilibrio, liderando iniciativas en educación, formación y divulgación. Sus contribuciones continúan iluminando caminos de ministerio innovador y compasivo. Su liderazgo, servicio y propuestas no son solo un llamado a la inclusión, sino un catalizador para una misión transformadora.
Las mujeres en las instituciones jesuitas han liderado esfuerzos en la reflexión teológica, la defensa de la justicia social y la atención pastoral. Desde instituciones académicas hasta movimientos comunitarios de base, su liderazgo demuestra un compromiso con la fe y la justicia que está en el centro de la espiritualidad ignaciana. Su capacidad para nutrir y guiar a las comunidades ha ayudado a la creación de políticas y estructuras que sirven mejor a las personas marginadas.
Un llamado al discernimiento y la colaboración
A medida que el trabajo de la Comisión se acerca a su fin, animamos a seguir participando en una profunda reflexión. La inclusión de las mujeres no es solo una cuestión de justicia, sino que enriquece toda la misión de la Compañía de Jesús. Sus voces, perspectivas y liderazgo son fundamentales para discernir la mejor manera de servir al mundo actual.
De cara al futuro, el trabajo de la Comisión destaca la importancia de crear sistemas que empoderen a las mujeres dentro de la Compañía de Jesús. Al reconocer las experiencias únicas y el poder transformador que ellas aportan al ministerio, la educación y la justicia social, la Compañía de Jesús se acerca a cumplir su llamado a la justicia, la reconciliación y la misión compartida.
Escuchar la invitación del Espíritu a un discernimiento continuo
A medida que los jesuitas continúan avanzando en su compromiso con la justicia y la reconciliación, la plena participación de las mujeres sigue siendo esencial para su misión. El trabajo de la Comisión nos recuerda que la inclusión no se trata solo de representación, sino de reconocer el poder transformador de las diversas voces en la configuración de una Iglesia y una sociedad sustentadas en la fe y la justicia. El llamado a la acción es claro: escuchar, discernir y responder con valentía.
Reflexión
Al reflexionar sobre este llamamiento y sobre la función de la mujer en la Iglesia y en la Compañía de Jesús, invitamos a leer las Escrituras como fuente de inspiración y orientación. Que estos pasajes nos ayuden a discernir cómo Cristo nos llama a cada uno de nosotros a participar en esta misión compartida, y que todas y todos busquemos la sabiduría para reconocer la presencia de Cristo en nuestro caminar compartido y responder con fe, humildad, esperanza y valentía.
Pidamos al Señor en oración que nos a examinar nuestros pensamientos, emociones y respuestas con respecto a la función de la mujer en el mundo, la Iglesia y, en particular, dentro de la Compañía de Jesús, utilizando cualquiera de los siguientes, separados y en conjunto:
1. El Magnificat (Lucas 1:46-55): el canto de María a la justicia, la esperanza y el empoderamiento.
2. El sermón de la montaña (Mateo 5-7): un llamado a la transformación y a los valores del reino de Dios.
3. El camino a Emaús (Lucas 24:13-35): reconocer la presencia de Cristo en nuestro camino de discernimiento.
4. La mujer samaritana en el pozo (Juan 4:1-42): un encuentro que conduce a la transformación y a la misión.
5. Las Bienaventuranzas (Mateo 5:1-12): la invitación a una vida de humildad, misericordia y justicia.
6. La curación de la mujer encorvada (Lucas 13:10-17): el reconocimiento y la afirmación de Jesús de la dignidad de la mujer.
7. El llamamiento de los discípulos (Mateo 4:18-22): dejarlo todo para seguir la misión de Cristo.
8. La gran Comisión (Mateo 28:16-20): el llamado a difundir el Evangelio y hacer discípulos de todas las naciones.
9. La anunciación (Lucas 1:26-38): la aceptación de María del plan de Dios con fe y valentía.
10. La conversión de Saulo (Hechos 9:1-19): una transformación radical que conduce a la misión.
11. El llamamiento de los setenta (Lucas 10:1-12) – Jesús envía a sus seguidores al mundo en colaboración.
12. La parábola del buen samaritano (Lucas 10:25-37) – Un llamado al amor activo, la inclusión y la justicia
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Comisión sobre la función y las responsabilidades de las mujeres en la Compañía de Jesús