5 septiembre, 2025
El 6 de septiembre de 2025, el padre Eduard Profittlich, jesuita, arzobispo y mártir, será beatificado en Tallin, Estonia.
La vida ejemplar de este jesuita transmite lo que significa ser un pastor que se entrega por completo a Cristo y al pueblo de Dios.
Nacido el 11 de septiembre de 1890 en Birresdorf, Alemania, Eduard creció en una familia católica de agricultores, siendo el octavo de diez hermanos. Sus padres esperaban que se hiciera cargo de la granja familiar, pero Dios tenía otros planes. Inspirado por su hermano mayor, un misionero jesuita en Brasil que murió a la temprana edad de 37 años, Eduard también se unió a los jesuitas en 1913.
Su formación jesuita lo llevó por toda Europa. Estudió en los Países Bajos y en Polonia y aprendió varios idiomas, entre ellos el polaco. También prestó servicio en el hospital militar de Verviers, Bélgica, de 1916 a 1917, durante la Primera Guerra Mundial. Tras su ordenación en 1922, pasó los años siguientes realizando labores pastorales en Polonia y Alemania, antes de ser destinado a Estonia en 1930 para convertirse en párroco de la iglesia de San Pedro y San Pablo en Tallin.
Un año más tarde, el Papa Pío XI lo nombró administrador apostólico. En aquella época, los católicos en Estonia apenas llegaban al millar, pero Eduard trabajó incansablemente para hacer crecer la Iglesia estonia. Predicó, construyó iglesias, distribuyó libros y material religioso. Se ocupó de las familias, los jóvenes y los catecúmenos y puso en marcha una publicación mensual que promovía la unidad cristiana en asociación con las Iglesias protestante y ortodoxa. En 1935, Eduard obtuvo la nacionalidad estonia y, un año más tarde, fue nombrado arzobispo por el Papa Pío XI. A finales de la década de 1930, la Iglesia en Estonia crecía con nuevas vocaciones y una vida parroquial más fuerte.

La tormenta llegó en 1940, cuando las tropas soviéticas ocuparon Estonia. La actividad de la Iglesia fue restringida. Eduard tuvo la opción de marcharse a Alemania, pero decidió lo contrario. En una carta a su familia en 1941, explicaba:
“Incluso si el futuro no parece ser agradable desde un punto de vista humano, he decidido permanecer. Al fin y al cabo, lo justo es que el pastor esté con el rebaño, compartiendo su felicidad y su desgracia… En todo lo que pueda ocurrir, sé que Dios estará conmigo. Así que todo irá bien. Y mi vida y – si hubiera de serlo – mi muerte, serán una vida y una muerte para Cristo. (…) Este sería el final más bonito de mi vida.”
Estas palabras marcarían un punto decisivo en su testimonio como pastor.
El 27 de junio de 1941, Eduard fue arrestado y deportado a Kirov, Rusia. Fue torturado, acusado de espionaje y actividades contrarrevolucionarias y condenado a muerte. El trato que sufrió en prisión le llevó a la muerte el 22 de febrero de 1942, antes de que pudiera ser ejecutado.
La vida de Eduard Profittlich nos recuerda la naturaleza concreta de la santidad, vivida al servicio de los demás y en la fidelidad a Cristo, incluso a un alto precio. Vivió y murió por Cristo, un ejemplo para la Compañía de Jesús y para la Iglesia universal.
Puedes ver aquí su ceremonia de beatificación:
Con información de Jesuitas Global