El Papa Francisco en este mes de abril nos pide que oremos para que la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo.
“Si no respetamos a las mujeres, nuestra sociedad no avanzará”
Una mujer asiática con lágrimas en los ojos, otra detrás de una reja con la mirada triste, un grupo de víctimas de violación expulsadas de sus pueblos, una fila de adolescentes a la espera de una mutilación genital: el Vídeo que acompaña la intención de oración de Francisco se abre con imágenes fuertes, en línea con la sentida denuncia del Papa. Su mensaje remarca la gran distancia entre las declaraciones de principio y la realidad de los hechos («En las palabras todos estamos de acuerdo en que hombres y mujeres tienen la misma dignidad como personas. Pero en la práctica eso no ocurre»).
Es el propio Papa quien da ejemplos concretos, citando «leyes discriminatorias» actualmente en vigor: sobre la obligación de vestir de una determinada manera, sobre los obstáculos para continuar los estudios, sobre la negación de subvenciones para abrir un puesto de trabajo. Y recuerda que «en muchos países, todavía hoy se practican mutilaciones genitales». Por ello, pide a los gobiernos que «se comprometan a eliminar» esta discriminación y «trabajen para que se garanticen los derechos fundamentales de las mujeres»; nos pide a todos que respetemos a las mujeres, que desgraciadamente siguen siendo tratadas «como material de descarte» en muchas partes del mundo y que muy a menudo, incluso en países que se dicen más avanzados, son víctimas de violencia y abusos. “Y si no lo hacemos», añade, «nuestra sociedad no avanzará».
En el mundo actual, por desgracia, no faltan las contradicciones. Si bien en algunos países, las mujeres tienen acceso a la educación y ofertas de empleo y ocupan posiciones de liderazgo en empresas y organizaciones, muchas aún no disfrutan de las mismas oportunidades que los hombres. Basta pensar en el mercado laboral: menos de una de cada dos mujeres en el mundo trabaja y las mujeres ganan un 23% menos que los hombres. Lo mismo ocurre con la educación, si tenemos en cuenta que en algunos países las mujeres adultas que saben leer y escribir son minoría: por ejemplo, en Afganistán son el 23%, en Níger el 27%. Y menos oportunidades se traducen en enormes dificultades económicas: según ONU Mujeres, se estima que para el 2030 el 8% de las mujeres y niñas vivirán en pobreza extrema, mientras que el 25% de las mujeres no tendrá suficiente comida.
Ver el video completo aquí:
En muchas partes del mundo la mujer es tratada como primer material de descarte.
Hay países donde las mujeres tienen prohibido acceder a ayudas para armar un negocio o ir a la escuela. Incluso, en esos lugares, soportan leyes que las obligan a vestir de una determinada manera. Y todavía están en uso, en muchos países, las mutilaciones genitales.
No les neguemos a las mujeres la voz. No les neguemos a todas esas mujeres víctimas de abuso, la voz. Son explotadas, son marginadas.
De palabra todos estamos de acuerdo que el hombre y la mujer tienen la misma dignidad como personas. Pero en la práctica eso no ocurre.
Es necesario que los gobiernos se comprometan a eliminar leyes discriminatorias en todas partes y a trabajar para que los derechos humanos de las mujeres estén garantizados.
Respetemos a las mujeres. Respetémoslas en su dignidad, en sus derechos fundamentales. Y si no lo hacemos, nuestra sociedad no avanzará.
Oremos para que la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo.
Papa Francisco – Abril 2024
Descarga el póster en HD aquí
Con información de thepopevideo.org