Programa CLAVER beneficia a grupo de Ministros Extraordinarios de la Sagrada Eucaristía de la Parroquia de Santa María de las Parras, ubicada en la zona semidesértica del norte de México.

 

Una brisa suave fue llenando el corazón de quienes al inicio vivían expectación, por un lado y disposición por el otro, para llevar a cabo la experiencia que a San Ignacio le fue dando rumbo y consolación en su vida y que lo llevaría a dedicarse al servicio de las almas.

El grupo formado por quince de veinte integrantes del grupo de Ministros Extraordinarios de la Sagrada Eucaristía de la Parroquia de Santa María de las Parras, ubicada en la zona semidesértica del norte de México, fue acompañado en la realización de los Ejercicios Espirituales por el Padre Carlos Espinoza sj. Durante el período de la preparación previa pudimos contar con la colaboración de los Padres Jesuitas Marcos Ortega, Eduardo Anaya y Julio Aretia, quienes aportaron aspectos de nuestra espiritualidad como lo específico de la oración ignaciana, los distintos modos de orar, las Cuatro Semanas, el discernimiento de espíritus, el examen diario.

Fue de gran ayuda el material “Ignacio de Loyola, peregrino, maestro y amigo”, elaborado por la Universidad Rafael Landívar (ponemos en anexo) para vincular el encuentro personal con Cristo con la persona y proceso de Ignacio. Y para centrar el discernimiento en sus proyectos de vida y recurrir a las herramientas que nos heredó Ignacio en la cotidianidad de la vida para servir más y mejor a la comunidad parroquial.

El proceso de estos Ejercicios se dio en el marco de colaboración y vinculación entre obras de la Compañía a lo cual se nos está invitando desde la Congregación General 36 y que busca trabajar en clave de “Plataformas Apostólicas”, en nuestro caso, la del Norte de México. La preparación previa en conjunto con la directora del Centro de Espiritualidad Casa Iñigo de Torreón, Margarita Lascuráin facilitó la organización y la realización, así como la continuidad en la colaboración que tendrá este primer acercamiento.

En el ánimo de los ejercitantes hubo apertura y disponibilidad al encuentro con Jesús pobre y humilde, fuente nutriente de su servicio a la comunidad parroquial en búsqueda de realizarlo al modo de Ignacio. Sus rostros sonrientes y la profundidad de la vivencia espiritual nos dio idea de lo que el Espíritu de Dios movió en los corazones de cada uno.

P. Oscar Rodríguez Rivera, S.J.
Párroco de Santa María de las Parras.