Programa Fabro beneficia a colaboradores de Guatemala

El Consejo Nacional Apostólico de Guatemala, impulsó la experiencia de los Ejercicios Espirituales para laicos y laicas, religiosas y jesuitas que se realizaron durante 7 días en el Instituto Centroamericano de Espiritualidad (ICE CEFAS) en los que participaron 29 personas. El retiro fue facilitado por el P. Carlos Morfín SJ, instructor de la Tercera Probación en Puente Grande, Guadalajara, México.

En esta tanda de Ejercicios participaron 7 hombres y 22 mujeres de las siguientes obras: Parroquia la Natividad (Santa María Chiquimula), Colegio Liceo Javier, Colegio Santa Teresita (Oblatas del Corazón de Jesús), Universidad Rafael Landívar (Sede Guatemala), Fe y Alegría, Universidad Rafael Landívar (Sede Quetzaltenango), Parroquia San Antonio (zona 6 Guatemala), Centro de Espiritualidad ICE-CEFAS, Proyecto Puente Belice, proyecto biprovincial México-Centroamérica en Frontera Comalapa (México)

Desde su inicio el P. Morfín remarcó con gran claridad y sin dejar fuera su fino humor, las pautas para abordar y profundizar en las oraciones, meditaciones, contemplaciones y los puntos del discernimiento que se realizaron a través de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio durante la semana.

El silencio y la escucha fueron claves para conectar con la vida interior y la experiencia liberadora del Dios de Jesús, y en las oraciones, meditaciones y contemplaciones se encontró la renovación personal y espiritual para descubrir la voluntad de Dios. El acompañamiento personal de quienes optaron libremente por las entrevistas se realizó por parte de los jesuitas P. Carlos Morfín, P. Dennis Leder y P. Erick Hernández, lo que posibilitó a los ejercitantes profundizar en su vida y en el compromiso apostólico para vivir los valores del evangelio en lo cotidiano, basados en los fundamentos y principios de San Ignacio de Loyola: la amistad gratuita, el respeto y el servicio. 

La experiencia de los Ejercicios Espirituales finalizó con una Eucarística y una cena compartida, mostrando el agradecimiento de la comunidad ignaciana y la toma de conciencia para ir reconociendo el llamado de Jesús e integrar la voluntad de Dios en los proyectos de vida para amarle y servirle plenamente. Así lo expresa una participante:

Los EE me han dado la oportunidad de ir reconociendo el llamado de Dios en mi vida, a valorar los pasos que he dado para cambiar mi manera de proceder, a experimentar un Dios misericordioso que me inspira.

 

 

P. Francisco Iznardo SJ