Ignacio es un hombre que comprendió a la persona humana desde el fondo y visualizó el trabajo en el mundo pero haciéndolo desde el corazón de las cosas. El autor nos ofrece un modelo de crecimiento humano desde la perspectiva ignaciana en los siguientes apartados: los fundamentos e implicaciones de la espiritualidad ignaciana, los dos rostros del corazón de la persona humana, el peso y los síntomas de la herida, el empuje de nuestra positividad y las expresiones del pozo que la potencian.