Donde la mente carece de miedo y la cabeza se mantiene erguida

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Título
Donde la mente carece de miedo y la cabeza se mantiene erguida
Tipo de contenido
Ponencia / Conferencia / Palabras
Lenguaje
Español
Descripción

Discurso del P. Peter Hans Kolvenbach, en Calcuta, en el sexto Congreso de los antiguos alumnos jesuitas.

En una parte del discurso hace referencia a que, a la luz de lo que ha dicho, se tiene como primer reto el garantizar que todos los hombres y mujeres puedan vivir con dignidad. Es un reto de actitud. ¿Creemos realmente que todos los hombres y mujeres – cualesquiera sea su país, religión, color, cultura, idioma- son nuestros iguales, nuestros hermanos y hermanas? Mantener tal actitud en la mente y el corazón no es fácil. Todos tendemos a empaparnos de prejuicios, haciendo estereotipos de la gente. Por tanto, tenemos que trabajar con personas de mentalidad semejante a fin de difundir actitudes que permitan ver a todos los hombres y mujeres como iguales, como personas que se entiende han de vivir con dignidad humana.

Un segundo reto está conectado con el cambio de actitud identificando las áreas del mundo donde necesitamos actuar, áreas donde seres humanos son mirados con desprecio, privados de derechos humanos básicos, apartados de sus hogares, incluso expulsados de sus países. Hoy en día se nos demanda pensar globalmente y actuar localmente. Pero, al ser este un congreso internacional, debemos debemos mirar primero a la situación internacional y ver qué impacto, como organización mundial de antiguos alumnos/as jesuitas, podemos causar a nivel internacional. Se pregunta si ¿ayuda el mercado y el comercio internacional a vivir vidas más humanas a personas de países pobres? ¿Están ayudando o entorpeciendo el desarrollo de los países pobres las políticas del Banco Mundial? ¿Qué pueden hacer los antiguos alumnos/as jesuitas del primer mundo? ¿Qué pueden hacer los antiguos alumnos/as jesuitas en países en vías de desarrollo, como la India?

Finaliza su presentación diciendo que está seguro de que saben que las mejores cosas de cualquier escuela no son lo que se dice de ellas, sino lo que viven allí sus Alumni. El ideal de la educación jesuita demanda una vida de intelecto, una vida de integridad y una vida de justicia y amoroso servicio a nuestros compañeros y compañeras y a nuestro Dios. Es decir: una llamada al crecimiento, una llamada a la vida. ¿Quién responderá? ¿Quién sino ustedes? ¿Cuándo, sino ahora?

Fecha de publicación
Diciembre 1999