Una de las prioridades de la CPAL es “la profundización y articulación del trabajo con jóvenes”. Por ello buscamos acompañar, evangelizar y formar a los jóvenes, propiciando experiencias y espacios formativos para que vivan y profundicen su experiencia de Dios, y asuman su compromiso social y eclesial como cristianos desde la llamada que Dios les hace en particular. Pretendemos acercarnos, escuchar y conocer más profundamente las realidades de los jóvenes hoy para entender su mundo y acompañarlos de la mejor forma posible. Queremos promover su formación integral y estimular sus capacidades de seguir a Jesús como servidores de la transformación social y la revitalización eclesial.

Oración por las vocaciones

Red Juvenil Ignaciana

La Red Juvenil Ignaciana (RJI) contribuye a estrechar los lazos entre jesuitas y grupos de jóvenes interesados en participar de la misión de la Compañía de Jesús a través de sus diversas obras. Partimos del contexto y las preocupaciones de las juventudes proporcionándoles experiencias que les ayudan a conocer, amar y seguir a Jesucristo. Nuestra acción se desarrolla en tres ejes fundamentales:

  • El Seguimiento de Jesús: “queremos formar jóvenes que, en el horizonte de la espiritualidad ignaciana, encuentren a Dios en su vida y desarrollen eclesialmente una experiencia de seguimiento personal de Jesucristo”;
  • La construcción de una sociedad justa y solidaria: “queremos formar jóvenes insertos en la sociedad, dialogantes y abiertos a las distintas realidades y personas que la forman. Jóvenes que promuevan la fe del evangelio, la justicia social y el amor a los pobres. En definitiva, hombres y mujeres que se comprendan a sí mismos como responsables de la sociedad”;
  • Y la formación humana: “queremos formar jóvenes que crezcan en humanidad, que lleguen a ser integrados, consecuentes y libres para amar y servir”.

Promoción Vocacional

Somos jesuitas sacerdotes, hermanos y estudiantes en América Latina y El Caribe. Queremos contagiar “la alegría del evangelio” con nuestra vida, e invitar a muchos jóvenes deseosos de colaborar con la misión de Cristo a que respondan con generosidad al llamado de Dios siguiéndolo –con nosotros- en el camino iniciado por San Ignacio hace 500 años.

En medio de nuestras diferencias nacionales y culturales somos un solo Cuerpo Apostólico: Somos la Compañía de Jesús, unida por una misma tradición espiritual y por la única Misión que tenemos: la Mayor Gloria de Dios. Junto con muchos otros colaboradores (creyentes y no creyentes) queremos entregar nuestras vidas sirviendo a los demás, especialmente a los más pobres y excluidos. 

Información de Contacto
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