El 14 de noviembre es el aniversario del nacimiento del padre Pedro Arrupe (1907). Es una ocasión para volver a hacer balance de todo lo que este hombre, antiguo Superior General de los jesuitas, religioso ejemplar en vías de beatificación, inspiró en términos de compromiso en la Iglesia y en el mundo. Una de sus muchas iniciativas es el Instituto de Formación Política Pedro Arrupe de Palermo, en Sicilia (Italia).

En muchas sociedades del mundo, la política tiene mala prensa. Peor aún, arrastra la imagen de una institución manchada por la corrupción, la ambición personal y la manipulación populista. Con este telón de fondo, pocos jóvenes con ideales para la sociedad tienen la inclinación de involucrarse en política. Sin embargo, la política sigue teniendo una gran influencia en la vida de las personas, y si la gente buena y altruista no se involucra, el campo está abierto para quienes persiguen intereses personales en lugar del bien común.

El Instituto de Formación Política Pedro Arrupe enfrenta este problema. Se define precisamente como promotor de la “pasión por el bien común”. Forma parte del amplio movimiento de centros sociales de la Compañía de Jesús y ofrece diversos programas que combinan el rigor ético con una preparación profesional de alta calidad. Si lleva el nombre de Pedro Arrupe es por referencia, reconocimiento y más aún por fidelidad a los ideales de servicio de la fe y promoción de la justicia que el antiguo General puso de relieve y que siguen estando hoy en el centro de los compromisos de la Compañía.

Formación, investigación y acción social son los tres pilares del Instituto. Más concretamente, estas dimensiones son centrales en el proyecto GenerAzioni (GenerAcciones), un campo de trabajo intergeneracional para personas de 18 a 55 años que quieren generar procesos comunitarios de cambio. Estas personas aprenderán juntas, influyéndose mutuamente y sacando lo bueno que hay en lo similar y en lo diferente, en la continuidad y en la discontinuidad, en el presente y en el pasado. En definitiva, participar en GenerAzioni anima a las personas a trabajar juntas para desarrollar vías de compromiso social y político.

El “modo de proceder”, expresión muy ignaciana, implica ante todo el paradigma de la generatividad. ¿Qué es la generatividad? Es una nueva forma de pensar y actuar, tanto personal como colectivamente, que se abre a un tipo de acción socialmente orientada, creativa, conectada, productiva y responsable, capaz de tener un impacto positivo en las formas en que producimos, innovamos, vivimos, cuidamos, organizamos e invertimos en la sociedad.

Otro elemento de nuestro enfoque, típicamente vinculado a la tradición jesuita, es el paradigma pedagógico ignaciano. Éste concibe la educación no como una mera adquisición de conocimientos, sino como un entorno para el desarrollo integral de la persona con vistas a su participación en las diversas esferas de la sociedad, incluida la política.

El Instituto Pedro Arrupe mira hacia el futuro. El P. Giovanni Notari, su director, afirma: “Tenemos que desarrollar la pasión por la política, por el diálogo sobre los grandes temas del mundo contemporáneo, sobre nuestra historia y sobre nuestro deseo de inventar el futuro. Es la manera de hablar a las nuevas generaciones y, más en general, a todos los que han perdido la fe en nuestro tiempo. Para que el cambio sea realmente positivo, debe ir más allá del pensamiento autorreferencial e individualista para reunir todas las fuerzas vitales y experiencias virtuosas que, con demasiada frecuencia, no confluyen.”

Esta forma de pensar y orientar la acción hace frente a la creciente brecha entre la sociedad civil y la política. Es un gran reto, pero nuestras sociedades necesitan este tipo de inversión en su futuro. Es un proyecto al que se puede asociar el nombre del padre Pedro Arrupe, porque se trata de crear las condiciones en las que se encuentran los valores evangélicos y los ideales de justicia social.

Con información de jesuits.global