El P. Luiz Fernando Klein SJ, Asesor Pedagógico de la Red Jesuita de Educación Básica en Brasil (RJE) ha elaborado un "Decálogo para el Discernimiento Electoral Ignaciano", a propósito de estos tiempos políticos que se viven en diversos países de la región. Compartimos con ustedes la versión en español.

 

Decálogo para el Discernimiento Electoral Ignaciano

 

El discernimiento:
  • Para quien quiere encaminar su vida según el Evangelio, las decisiones importantes que toma no pueden venir de la espontaneidad, sino de la espiritualidad.
  • La espiritualidad centrada en San Ignacio de Loyola presenta el discernimiento espiritual como un medio eficaz para encontrar, acoger y realizar la voluntad de Dios.
  • Cualquiera puede hacer discernimiento y encontrar la voluntad de Dios, independientemente de su situación social, económica, cultural o espiritual.
  • San Ignacio no creó el discernimiento, sino que dotó a lo que había en la Iglesia de reglas prácticas, fruto de su propia experiencia y estudios.
La política:
  • Con respecto a la política, ¿cómo aplicar el discernimiento para elegir a los gobernantes?
  • Al principio es importante tener en cuenta algunos estribillos que solo nos hacen daño:

- ¡La política es una cosa sucia!
- ¡No hay ningún candidato que sirva!
- ¡Las encuestas ya dicen quién ganará!
- ¡Voy a votar en blanco o nulo! ¡No quiero perder mi voto!

  • El deseo que todos tenemos de días mejores requiere una buena política. Si la vida se ve mal con la política, pues será peor sin ella.
  • Quien no quiere la política se deja gobernar por quien la quiere (Frei Betto en ´A Mosca Azul´ (Ed. Rocco).
  • El Papa Francisco dijo: Una vez más convoco a rehabilitar la política, que «es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común» (Fratelli tutti, n.180).
Discernimiento y Elecciones:

Según la experiencia ignaciana, toda la gente es capaz de discernir, es decir, de encontrar la voluntad de Dios en la política.

Trayectoria del discernimiento:

  1. Ponerse en la presencia de Dios, el primero y mayor interesado en el bien de todas las personas y grupos humanos. Recordar los fundamentos de nuestra vida: todo ser humano fue y sigue siendo creado, sostenido e inspirado por Dios para realizarse plenamente, sirviendo a los demás.
  2. Examinar la situación actual en tu contexto (barrio, ciudad y país) e identificar las mayores necesidades para que todos puedan vivir dignamente, como Dios quiere.
  3. Consultar a los medios de comunicación y demás personas sobre los candidatos: perfil, valores, formación, experiencia, calidad humana. Sobre todo, examinar su trayectoria, sus acciones, los proyectos que propusieron o apoyaron, qué tipo de relaciones establecen como alianzas.
  4. A través de la oración y la reflexión, analizar y ponderar los sentimientos y/o pensamientos que aparecen sobre el candidato a ser elegido.
  5. No permitir que las encuestas electorales y los mensajes de las redes sociales atropellen o desalienten el discernimiento. Las encuestas electorales pueden ser un indicador de las tendencias del electorado, pero no deben determinar el discernimiento a realizar. Son un insumo adicional al necesario discernimiento.
  6. Preguntar una, dos o más veces a Dios qué candidato ve Él con las mejores condiciones para favorecer la plena realización de las personas.
  7. Antes de decidir el nombre del candidato, responder a lo que propone san Ignacio para tomar una decisión importante: ¿qué amor me mueve?
    ¿Es el amor de la voluntad de Dios? ¿Es el amor por resolver las necesidades del barrio, de la ciudad o del país? ¿Es amor por una vida digna para los más necesitados? O...?
  8. Tomar la decisión de votar por el candidato que pueda contribuir más a proyectos comprometidos con el bien común, la justicia social, la defensa integral de la vida, la familia y la Casa Común (Mensaje de la Conferencia de Obispos del Brasil al pueblo brasileño (31/08/22). Si no encuentra al candidato ideal, decidir por quién se supone que va a impedir o perturbar menos el esfuerzo para alcanzar la meta deseada.
  9. Votar en blanco o votar nulo, alegando que no se quiere 'perder el voto', es desperdiciar la gota de agua o el grano de arena que cada uno está obligado a aportar para defender la dignidad de la persona y la transformación de la sociedad según los valores del Evangelio.
  10. El discernimiento termina cuando se experimenta paz, consuelo, esperanza y convicción de que esta es la voluntad de Dios, independientemente de lo que digan las encuestas.

Poner la decisión ante Dios, agradeciéndole su luz.

Luiz Fernando Klein, S.J.
Assessor Pedagógico
Rede de Educação Básica do Brasil

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