El Padre General Arturo Sosa SJ nos comparte su cuarto videomensaje. En esta ocasión reflexiona desde el cuarto capítulo de su libro: "En camino con Ignacio".

 

En la Iglesia, como Pueblo de Dios que peregrina en la historia, confluyen múltiples vocaciones y carismas que colaboran en el anuncio de la salvación que nos viene de Dios a través Jesucristo.

Nosotros, los jesuitas e ignacianos, llevamos en nuestras entrañas vocacionales un profundo amor a la Iglesia, que unido a la especial obediencia al Santo Padre, nos impulsa a renovar nuestra disponibilidad para colaborar en la misión de Cristo allí donde la Iglesia lo requiera, especialmente en las periferias físicas y existenciales de nuestro mundo.

En este Año Ignaciano decíamos que el Señor nos conceda el don del discernimiento para saber leer los signos de los tiempos y comunicar con audacia, y fidelidad creativa, la buena nueva de Jesús.

Nos reconocemos frágiles y pecadores, pero también llamados a ser servidores de la misión de Cristo en y con la Iglesia.

Nos unimos al sueño de una Iglesia en salida, pobre y para los pobres, que sea casa de acogida y hospital de campaña para aquellos que la cultura del descarte deja al borde del camino. Nos mueve ese mismo deseo que movió a San Ignacio y a sus primeros compañeros, de servir con generosidad allí donde exista mayor necesidad.

La llamada a la conversión que experimentamos hoy también pasa por renovar nuestra disponibilidad para la misión allí donde se necesite mostrar, con gestos y palabras, el rostro cercano y misericordioso del Señor. 

Te pido que nos ayudes a ser cada día más fieles a nuestra vocación, y así podamos en todo Amar y Servir. ¿Estás dispuesto?

Puedes rezar, personal y comunitariamente, con los puntos de oración al final del cuarto capítulo del libro "En camino con Ignacio" del P. Arturo Sosa, SJ.

 

Imagen e información de Jesuitas Global