El “socio” es el “compañero” del Superior Provincial o del Presidente de la Conferencia. Hay alrededor de cien jesuitas en el mundo que desempeñan esta función. El suyo es un trabajo en gran parte “administrativo” que permite el buen funcionamiento de las relaciones entre las Provincias o Regiones y la Curia General. De vez en cuando, la Curia organiza sesiones de formación para nuevos socios y para otros que llevan tiempo en el cargo pero que viven con gusto este “ponerse al día”.

Normalmente estas sesiones se celebran en Roma, donde cada socio tiene ocasión de conocer personalmente a los miembros de la Curia y visitar los distintos servicios y secretariados de la misma. Este año, debido a la pandemia, todo se está haciendo “a distancia”. Se han ofrecido tres sesiones: en español del 9 al 13 de noviembre y en inglés del 23 al 27 de noviembre y del 30 de noviembre al 4 de diciembre. Están bajo la responsabilidad del Secretario de la Compañía, P. Antoine Kerhuel. En total han participado en estas reuniones virtuales cerca de 50 socios.

¿Cuál era el programa? En primer lugar hubo un encuentro con el Padre General, que subrayó la función del socio como consultor de su Provincia o Región. Con frecuencia es también “admonitor” del Provincial, y quien debe velar por su salud y ayudarle a buscar el equilibrio en todas sus actividades y responsabilidades. En esta ocasión se había sugerido que se reservara también un espacio para compartir la forma en que los socios viven sus responsabilidades en el contexto tan particular creado por la pandemia del coronavirus.

Algunas sesiones tienen un “sabor” más técnico: la forma de llevar registros universales gracias al sistema informático compartido en toda la Compañía, los “deberes” del socio para asegurar un buen intercambio de información entre los Provinciales, las Provincias y Roma. El Procurador General, P. Benoît Malvaux, presentó por su parte algunos aspectos más jurídicos relacionados con la función del socio. En cada sesión hubo tiempo además para que los participantes formulasen preguntas. En resumen, a pesar de las difíciles circunstancias que impiden por el momento una formación presencial en la Curia de Roma, la magia de Internet ha permitido reforzar los vínculos entre estos “trabajadores en la sombra”, tan útiles, que son los socios, los vínculos entre ellos y sus vínculos con la Curia General.

 

Fuente: Jesuits Global