El domingo 21 de mayo se celebró la 57ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. El tema de este año es: “Hablar con el corazón, en la verdad y en el amor”. En su mensaje para esta ocasión, el Papa Francisco menciona que “no debemos tener miedo a proclamar la verdad, aunque a veces sea incómoda, sino a hacerlo sin caridad, sin corazón”.

El Papa subraya la importancia de la verdad para la vida en sociedad y la importancia del papel de los medios de comunicación en la difusión de esta verdad. Recuerda que la verdad es un bien común que hay que proteger, porque es la base de toda relación auténtica. Y añade: “La llamada a hablar con el corazón interpela radicalmente nuestro tiempo, tan propenso a la indiferencia y a la indignación”. En un mundo en el que los intercambios suelen ser fríos e impersonales, es más importante que nunca hablar con el corazón, porque “del corazón brotan las palabras capaces” de construir un mundo cada vez mejor, en el que la verdad y el amor se encuentren y puedan iluminar conjuntamente el camino de la aventura humana.

Hablar con el corazón también ayuda a contrarrestar la desinformación, que falsea e instrumentaliza la verdad. En efecto, las informaciones falsas pueden perjudicar gravemente a la sociedad y a la dignidad humana. Hablando con el corazón podemos luchar contra esta desinformación y preservar la verdad. El mensaje de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales no se dirige sólo a los profesionales de los medios de comunicación, sino a todos aquellos que están llamados, en sus actividades profesionales, a contribuir con su forma de comunicar a la construcción de un mundo más justo y fraterno. En efecto, la comunicación que une verdad y amor, que deja hablar al corazón, permite el encuentro, favorece la comprensión mutua y fomenta el compromiso.

Hablar con el corazón

En su mensaje difundido el 24 de enero, Francisco afirmó que “la llamada a hablar con el corazón interpela radicalmente nuestro tiempo, tan propenso a la indiferencia y a la indignación”. “En el dramático contexto del conflicto global que estamos viviendo, es urgente afirmar una comunicación no hostil. Necesitamos comunicadores dispuestos a dialogar, comprometidos a favorecer un desarme integral y que se esfuercen por desmantelar la psicosis bélica que se anida en nuestros corazones”. Fuerte es la invitación a ir contracorriente para apoyar las aspiraciones de paz siguiendo el ejemplo de San Francisco de Sales: “Su actitud apacible, su humanidad, su disposición a dialogar pacientemente con todos, especialmente con quien lo contradecía, lo convirtieron en un testigo extraordinario del amor misericordioso de Dios”.

La dinámica de "comunicar cordialmente"

El tema está idealmente conectado con el de 2022, que llamaba a “escuchar”, y con el anterior, que instaba a "ir, ver" como condiciones para una buena comunicación. Esta vez el Papa quiere insistir en "hablar con el corazón". En efecto, el corazón es lo que mueve a acoger, dialogar y compartir, desencadenando una dinámica que Francisco define como la de "comunicar cordialmente". Acoger al otro es lo que permite, después de escuchar, "hablar en la verdad y en el amor". Escribe:

“No debemos tener miedo a proclamar la verdad, aunque a veces sea incómoda, sino a hacerlo sin caridad, sin corazón. Porque «el programa del cristiano —como escribió Benedicto XVI— es un “corazón que ve”». Un corazón que, con su latido, revela la verdad de nuestro ser, y que por eso hay que escucharlo. Esto lleva a quien escucha a sintonizarse en la misma longitud de onda, hasta el punto de que se llega a sentir en el propio corazón el latido del otro. Entonces se hace posible el milagro del encuentro.”

Hablar con el corazón significa dejar entrever una participación "en las alegrías y los miedos, en las esperanzas y en los sufrimientos de las mujeres y los hombres de nuestro tiempo", dice el Papa. Es un llamamiento que interpela especialmente a quienes comunican en un contexto hoy "tan propenso a la indiferencia y a la indignación, a veces sobre la base de la desinformación, que falsifica e instrumentaliza la verdad".

El diálogo con el corazón de Jesús con los discípulos de Emaús

El Papa Francisco señala el ejemplo de un comunicador con corazón en el "misterioso Peregrino que dialoga con los discípulos que van hacia Emaús": hablando con amor, Jesús acompaña "el camino de su dolor", respetando su tiempo de comprensión. El Papa continúa escribiendo:

“En un periodo histórico marcado por polarizaciones y contraposiciones —de las que, lamentablemente, la comunidad eclesial no es inmune—, el compromiso por una comunicación “con el corazón y con los brazos abiertos” no concierne exclusivamente a los profesionales de la información, sino que es responsabilidad de cada uno. Todos estamos llamados a buscar y a decir la verdad, y a hacerlo con caridad.”

Palabras que hacen bien

Esta llamada interpela especialmente a los cristianos, prosigue Francisco, de cuya boca "nunca deberían salir palabras malas", sino sólo palabras capaces de hacer el bien a los demás y de conmover incluso a los "corazones más endurecidos". Es la "fuerza gentil del amor" a la que apunta el Papa, invitándonos a repensar sus consecuencias sociales:

“Lo experimentamos en la convivencia cívica, en la que la amabilidad no es solamente cuestión de buenas maneras, sino un verdadero antídoto contra la crueldad que, lamentablemente, puede envenenar los corazones e intoxicar las relaciones. La necesitamos en el ámbito de los medios para que la comunicación no fomente el rencor que exaspera, genera rabia y lleva al enfrentamiento, sino que ayude a las personas a reflexionar con calma, a descifrar, con espíritu crítico y siempre respetuoso, la realidad en la que viven.”

Francisco de Sales

¿Por qué el Papa lo pone de ejemplo en la 57.ª Jornada Mundial de las comunicaciones sociales?

En su mensaje de este año Francisco ha descrito al Santo como “uno de los ejemplos más luminosos y, aún hoy, fascinantes de hablar con el corazón”, prosigue: “De él se podía decir que «las palabras dulces multiplican los amigos y un lenguaje amable favorece las buenas relaciones»”.

Entre una de sus afirmaciones más célebres según el Papa está «el corazón habla al corazón», que “ha inspirado a generaciones de fieles, entre ellos san John Henry Newman (presbítero anglicano convertido al catolicismo en 1845), que la eligió como lema, Cor ad cor loquitur. «Basta amar bien para decir bien» era una de sus convicciones”.

“Ello demuestra que para él la comunicación nunca debía reducirse a un artificio —a una estrategia de marketing, diríamos hoy—, sino que tenía que ser el reflejo del ánimo, la superficie visible de un núcleo de amor invisible a los ojos”, añade.

Patrono de los periodistas católicos

Francisco dedicó en 2022 la Carta apostólica Totum amoris est, con motivo de los 400 años de su muerte, el 28 de diciembre de 1622, en Francia. Junto a este importante aniversario, también ha recordado el centenario de la proclamación de san Francisco de Sales como patrono de los periodistas católicos, por Pío XI con la Encíclica Rerum omnium perturbationem.

Lo cataloga como un intelectual brillante, escritor fecundo, teólogo de gran profundidad. Fue obispo de Ginebra “al inicio del siglo XVII, en años difíciles, marcados por encendidas disputas con los calvinistas”. Destaca que frente a este contexto histórico complejo que vivió, mantuvo una actitud apacible, humanidad, disposición a dialogar pacientemente con todos, especialmente con quien lo contradecía, “lo convirtieron en un testigo extraordinario del amor misericordioso de Dios”.

De hecho, Francisco de Sales en su tiempo logró una verdadera comunicación inclusiva, puesto que “logró comunicarse con el sordomudo Martino, haciéndose su amigo; por eso es recordado como el protector de las personas con discapacidades comunicativas”.

Lecciones de san Francisco de Sales

Es precisamente para este doctor de la Iglesia «en el corazón y por medio del corazón donde se realiza ese sutil e intenso proceso unitario en virtud del cual el hombre reconoce a Dios», en pocas palabras “Amando bien”.

A partir de este “criterio del amor” y a través de sus escritos y del testimonio de su vida, “el santo obispo de Ginebra nos recuerda que somos lo que comunicamos. Una lección que va contracorriente hoy, en un tiempo en el que, como experimentamos sobre todo en las redes sociales, la comunicación frecuentemente se instrumentaliza, para que el mundo nos vea como querríamos ser y no como somos”.

Dice el Papa que “san Francisco de Sales repartió numerosas copias de sus escritos en la comunidad ginebrina. Esta intuición ‘periodística’ le valió una fama que superó rápidamente el perímetro de su diócesis y que perdura aún en nuestros días.

El propio san Pablo VI –comenta Francisco – destacó que los escritos de Sales “suscitan una lectura «sumamente agradable, instructiva, estimulante”, por tanto, cabe preguntarse viendo el panorama actual de la comunicación: “¿no son precisamente estas características las que debería tener un artículo, un reportaje, un servicio radiotelevisivo o un post en las redes sociales?”.

Hay que beber de la fuente originaria de san Francisco de Sales, por ello, Bergoglio invita a todos los periodistas católicos del mundo a practicar: “Que los profesionales de la comunicación se sientan inspirados por este santo de la ternura, buscando y contando la verdad con valor y libertad, pero rechazando la tentación de usar expresiones llamativas y agresivas”.

Mira aquí otros mensajes y temas tratados hasta el momento en las anteriores Jornadas Mundiales de las Comunicaciones Sociales

https://www.vatican.va / http://es.catholic.net

 

Con información de: jesuits.global / vaticannews.va1 / adn.celam.org / vaticannews.va2