“La vida es fundamental. No podemos ponerla en riesgo gratuitamente”, afirma Kenia que conversa con Eleana a través de una popular herramienta de videoconferencias en presencia de setenta colegas radialistas. Nos hablan de los riesgos que corren en el ejercicio de su misión periodística, la primera como investigadora de Radio YSUCA, en San Salvador, la segunda como parlamentarista en Tegucigalpa para Radio Progreso. “¿Te has sentido tentada por la autocensura?” Pregunta la hondureña ante la atenta mirada de quienes asistimos al diálogo. “No, no se puede decir. Y sí, sí, en ocasiones”, responde Kenia, contradictoria desde El Salvador, haciendo evidente las perplejidades de vivir una profesión sometida a riesgos.

El encuentro tuvo lugar el 15 de febrero. Es el modo en el que la Red de Radios Jesuitas de América Latina y el Caribe celebró el día de la radio, efemérides que se celebra desde 2012 conmemorando la puesta en marcha el 13 de febrero de 1946 del servicio de radio de Naciones Unidas. Este año 2023, el lema de celebración fue la labor de la radio para promover la paz. Las mujeres y hombres de las radios vinculadas a la Compañía de Jesús lo celebraron mirando de frente a las crecientes dificultades para el ejercicio de la misión periodística en una región, América Latina, tristemente liderada por México, donde tienen lugar la mitad de asesinatos de periodistas.

“Tres son los temas en torno a los que se producen más amenazas y violencia contra las y los comunicadores”, nos dice Balbina Flores, de Reporteros sin Frontera, Consejera del Mecanismo de Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Y especifica: la denuncia de la corrupción política, las informaciones sobre crimen organizado y violencia política y, no menos importante, el desvelamiento de los abusos contra los derechos humanos y también ambientales. Balbina insiste en subrayar la necesidad de potenciar los mecanismos oficiales de protección: “Las administraciones públicas”, enfatiza, “tienen la obligación de proteger la libertad de prensa y la labor periodística”. Eleana, desde Honduras, que ha contado con medidas cautelares decretadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, nos dice: “A veces, las medidas tienen que ser implementadas por una policía o unas fuerzas de seguridad del Estado que, sinceramente, más bien vives como amenaza”.

Cuatro comunicadores más intervienen y nos muestran dificultades de diferente índole. Julio López nos habla desde Costa Rica, aunque es nicaragüense, vive y trabaja en el exilio tratando de continuar informando a la población nicaragüense por medios telemáticos. También está el compañero que dejó Cuba después de una intensa experiencia de comunicación sometida a la vigilancia de los organismos de Seguridad del Estado. También contamos con la participación de un director de una pequeña cadena de emisoras que nos cuenta cómo lidiar con el funcionariado políticamente motivado que amenaza continuamente con medidas administrativas para cerrar las emisiones. Desde Bolivia, Juan Pablo Cejas nos habla de la opción de Fundación IRFA: una comunicación sensible al conflicto donde prevalece el diálogo sobre el debate.

El presidente de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe, Roberto Jaramillo, asistió de principio a fin al encuentro. Al cierre, se dirigió a las comunicadoras y comunicadores vinculados a las estaciones de la Orden: “Quiero en primer lugar manifestar mi admiración por el trabajo que realizan y por la resistencia y ejemplo de perseverancia y pasión con que ustedes realizan su trabajo en los diferentes lugares donde están”. Luego, tras constatar que estos años próximos no se prevén más seguros para quienes hacen del periodismo su profesión, propuso algunas tareas: reforzar la red para que sirva de paraguas protector de quienes hacen esta misión y trabajar nuestra manera de estar en la comunicación como alternativa al uso que se hace de la misma desde instancias de poder político o empresarial. Nos animó a que hagamos comunicación desde la participación: “no una radio para sino una radio con”.

“Me inspira, me sirve de referente, su vida y su actitud sirven para lo que nos toca afrontar ahora”, dice Kenia desde El Salvador. Se refiere a Oscar Arnulfo Romero, al que asesinaron a las 18:30 del día 24 de marzo de 1980, mientras celebra la misa en la capilla del hospital Divina Providencia. Durante años, Romero uso YSAX, la emisora del obispado, como medio para hacer llegar al país entero los mensajes que pronunciaba en la catedral. Han pasado más de 40 años y su vida, su actitud comunicativa, su modo de afrontar las amenazas nos siguen inspirando.

 

Por: Lucas López, SJ

Equipo CPAL - RRSJLAC