Compartimos la experiencia del Hno. Rodrigo Castells SJ junto a jóvenes y adultos amazónicos en Colombia durante la primera semana de junio.

Cristo, con rostro amazónico

Junto a 22 jóvenes y adultos, agentes pastorales de la Parroquia Sagrada Familia de Nazaret y habitantes de diversos resguardos indígenas del territorio parroquial (mayoritariamente de la etnia Tikuna), compartimos tres días de retiro ignaciano o Ejercicios Espirituales. El lugar, la cabaña o maloka de Saúl y Gloria, en el resguardo indígena de Santa Sofía: La Reserva Natural NAINEKU EMA (Aroma de la Selva en lengua Tikuna). Un lugar hermoso en medio de la selva.

El grupo fue variadísimo y numeroso. Participaron muchos jóvenes. También un abuelo sabedor y catequista, hombres y mujeres adultos que colaboran en la parroquia y, de sorpresa, llegó también una madre con su hija.

La propuesta les generaba mucha una incertidumbre. ¿Qué sería eso de “Retiro Ignaciano, Retiro de silencio o Ejercicios espirituales”? Sólo algunos jóvenes habían hecho un par de veces retiro. El deseo de rezar era grande. Muchos querían participar.. Intuían que, encontrarse con Jesús, era regalarse un tiempo para acomodar o aligerar la carga y encontrar sentido a lo que vendrá.

Pero en las cabañas había espacio como para unas 15 personas. Tocó decirles a algunos que ya estaba completo el cupo, que no había más sitio, que haríamos la propuesta muchas más veces, que no sería esta la última (tenemos planificado al menos dos tandas más para esta parroquia).

Dios manda, nosotros acogemos y seguimos su voz. Mientras los botes iban saliendo de las comunidades con los participantes hacia el lugar del retiro, llegaban los reportes: “Hermano, teníamos 4 cupos pero vamos 8, los chicos sí o sí querían ir y se subieron al bote, no hubo como decirles que no. Ellos quieren, necesitan rezar”. Desde otra comunidad: “Hermano iban a ir 5 personas, pero en el bote fueron 10, vea usted qué hace”. Hubo que hacerse cargo del caos que nos trajeron Dios y sus hijos. ¡Fue tan bello y profundo, tan rico y abundante! Creo que Jesús y San Ignacio se gozaban con la situación.

El corazón religioso, de finura y hondura espiritual de los amazónicos, y en especial los Tikuna, busca y desea el encuentro con Jesús, “El Abundante” (bien se le podría llamar así en estos lugares). Quiera Dios que podamos sostener este y otros espacios de encuentro. Para nosotros, los jesuitas la espiritualidad ignaciana, es nuestro principal tesoro. Es el eje, la base, de nuestras PAU (Prioridades Apostólicas Universales). Los Ejercicios espirituales son don para la Iglesia en todo tiempo, cultura y lugar. Soñamos hacer junto a ellos un camino eclesial de encuentro con Jesús para fundar sobre roca la vida. Que, del encuentro con el “Abundante”, comience a emerger esa Iglesia que soñamos, con rostro amazónico, con rostro Tikuna.

Hno Rodrigo Castells SJ
Miembro del Equipo Leticia CPAL- SJPAM