El Caribe es una subregión sumamente variada. Está compuesta por 13 estados soberanos y 16 territorios de ultramar (británicos, franceses, estadounidenses y holandeses). Esta región de América Latina alberga a 1,4 millones de inmigrantes, lo que representaría el 3,3% de su población total, estimada en 42 millones de habitantes, y el 19% de la población del Caribe reside fuera de su país de origen[1]. A este Caribe Insular se debe añadir el Caribe colombiano, la costa caribeña venezolana, Guyana, Surinam, Guyana Francesa, Guyana Holandesa y América Central. De allí que hacer referencia a la migración en el Caribe implica la dinámica insular y continental, porque los migrantes tienen a todos estos territorios como origen, tránsito y destino. A lo anterior se debe añadir a que también en esas fronteras se encuentran los migrantes en espera de procesos de deportación.
A continuación se esbozan rasgos de la migración reciente de cubanos, haitianos, dominicanos y venezolanos. El común denominador de las personas migrantes de estos países es la necesidad de buscar alternativas dignas para vivir. De allí se mantenga el reto de generar políticas públicas que permitan la vida buena en sus respectivos países, porque los factores que esgrimen los migrantes para abandonar sus países son: la falta de oportunidades y de empleo digno, la violencia social, la pobreza, la destrucción medioambiental y la violación de DD.HH. Ante esta situación es importante gestionar los procesos de movilidad forzosa que están generándose en América Latina y el Caribe.
Los cubanos: los errantes del Caribe
Los cubanos que están movilizándose por distintos países de América Latina con el fin de arribar a EE.UU están marcando otra crisis migratoria en la región, especialmente a partir del año 2015. Con esta crisis migratoria se ha generado otro modo de emigrar de la isla. En una primera fase se trató de los balseros que se lanzaban en barcas improvisadas tratando de llegar a las costas de Florida, en EE.UU. Actualmente, los flujos de cubanos llegan a Sudamérica pasando por Centroamérica arribando a México y así intentar pasar la frontera México-usamericana.
El último éxodo de cubanos tuvo como telón de fondo el acercamiento entre EE.UU y Cuba. Con dicho acercamiento se avizoraba la cancelación de la política “pies secos, pies mojados”. Con el decreto del expresidente Obama, que puso fin a dicha política, cientos de cubanos quedaron errantes por América Latina, especialmente en países centroamericanos y en México. “Desde el primero de octubre de 2015 hasta el 31 de julio de 2016, Estados Unidos admitió a 46.635 cubanos sin visas, casi el doble de los 24.277 en el año fiscal 2014. El éxodo de cubanos indocumentados se quintuplicó entre los años 2011 y 2015 (de 7.821 a 43.159). Dos tercios de los inmigrantes en el 2015 ingresaron a territorio estadounidense por su frontera sur con México, especialmente las áreas de Laredo y El Paso en Texas. La cantidad de cubanos que entró a Estados Unidos por Texas (29.069) en el 2015 prácticamente duplicó la del 2014 (16.049). Además, la Guardia Costera de Estados Unidos interceptó a 4.473 cubanos en alta mar durante el año fiscal 2015, más del doble que en el 2014 (2.111)”[2]. El acuerdo entre ambas naciones también incluyó a los cubanos residentes en EE.UU y tienen orden de deportación. Con este segundo grupo el acuerdo entre la administración norteamericana fue que, en La Habana, tienen que recibir a estos cubanos.
Con el encuentro entre Washington-La Habana, la crisis con los migrantes cubanos en distintos países latinoamericanos se fue incrementando hasta llegar a la crisis migratoria del año 2015 y la cual sigue sin resolverse. Por ejemplo, en Centroamérica esta crisis comenzó en noviembre de 2015 cuando el gobierno de Costa Rica desmanteló una red de tráfico de personas. La decisión costarricense fue trasladar a los cubanos a la frontera con Nicaragua, y prosiguieran la travesía hasta EE.UU. Sin embargo, el gobierno nicaragüense se negó a recibir a este grupo de cubanos, cerrando la frontera y militarizándola, lo cual terminó en una crisis humanitaria y en una tensión diplomática entre ambos países.
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[1] OBMICA., Estado de las migraciones que atañen a la República Dominicana-2015, cap. 1, p. 21;24
[2] Duany, Jorge., La crisis migratoria cubana. En: http://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/lacrisismigratoriacubana-columna-2229129/ (Consultado el 11-02-17)