El Caribe es una subregión sumamente variada. Está compuesta por 13 estados soberanos y 16 territorios de ultramar (británicos, franceses, estadounidenses y holandeses). Esta región de América Latina alberga a 1,4 millones de inmigrantes, lo que representaría el 3,3% de su población total, estimada en 42 millones de habitantes, y el 19% de la población del Caribe reside fuera de su país de origen[1]. A este Caribe Insular se debe añadir el Caribe colombiano, la costa caribeña venezolana, Guyana, Surinam, Guyana Francesa, Guyana Holandesa y América Central. De allí que hacer referencia a la migración en el Caribe implica la dinámica insular y continental, porque los migrantes tienen a todos estos territorios como origen, tránsito y destino. A lo anterior se debe añadir a que también en esas fronteras se encuentran los migrantes en espera de procesos de deportación.

La población inmigrante en las Américas se calculó en aproximadamente 34 millones en 1990, en 2013 ese calculó llegó a 61 millones de inmigrantes. Sin embargo, la población en América Latina y el Caribe aumentó solo 19% desde 1990, calculándose en 2013 en 7.7 millones de inmigrantes. Ahora bien, estas cifras deben verse en perspectiva porque en el período comprendido entre 1990 a 2013 el aumento de la población inmigrante en Canadá y EE.UU fue de 31% mientras que en América Latina y el Caribe llegó a 35%. En la región del Caribe un promedio de 64% de los inmigrantes provienen de la misma zona, para la Región Andina se llega al 63% y en el Cono Sur la cifra arriba al 44%. El otro asunto importante es el porcentaje de los inmigrantes extracontinentales. Para el año 2013 en América Latina y el Caribe la población asiática representaba el 4% y la de africanos el 0,6%.[2] Lo siguiente es cómo llegan estas personas al continente americano: “En general los africanos salen vía terrestre en autobús de sus países, a otro país de África para evitar ser plenamente identificados. Toman vuelos comerciales hacia algunas de las islas caribeñas o a algún país de Centro o Sur América, haciendo escalas previas en algunos países europeos con documentación falsa o con el uso de las redes de tráfico internacional. Una vez que llegan al continente americano, viajan vía terrestre con la contratación de traficantes de personas o por su propia cuenta. Por el contrario, los chinos salen de su país en vuelo comercial con destino a la ciudad de Moscú, Rusia o a algún otro país europeo desde donde se trasladan a alguna isla del Caribe o país de Centroamérica, desde donde toman un vuelo comercial a Cancún, Belice o Guatemala”[3].

A continuación se esbozan rasgos de la migración reciente de cubanos, haitianos, guyaneses, jamaiquinos, puertorriqueños, dominicanos y venezolanos. El común denominador de las personas migrantes de estos países es la necesidad de buscar alternativas dignas para vivir. De allí se mantenga el reto de generar políticas públicas que permitan la vida buena en sus respectivos países, porque los factores que esgrimen los migrantes para abandonar sus países son: la falta de oportunidades y de empleo digno, la violencia social, la pobreza, la destrucción medioambiental y la violación de DD.HH. 

Ante esta situación es importante gestionar los procesos de movilidad forzosa que están generándose en América Latina y el Caribe.

 

Los cubanos: los errantes del Caribe

Los cubanos que están movilizándose por distintos países de América Latina con el fin de arribar a EE.UU están marcando otra crisis migratoria en la región, especialmente a partir del año 2015. Con esta crisis migratoria se ha generado otro modo de emigrar de la isla. En una primera fase se trató de los balseros que se lanzaban en barcas improvisadas tratando de llegar a las costas de Florida, en EE.UU. Actualmente, los flujos de cubanos llegan a Sudamérica pasando por Centroamérica arribando a México y así intentar pasar la frontera México-usamericana.

El último éxodo de cubanos tuvo como telón de fondo el acercamiento entre EE.UU y Cuba. Con dicho acercamiento se avizoraba la cancelación de la política “pies secos, pies mojados”. Con el decreto del expresidente Obama, que puso fin a dicha política, cientos de cubanos quedaron errantes por América Latina, especialmente en países centroamericanos y en México. “Desde el primero de octubre de 2015 hasta el 31 de julio de 2016, Estados Unidos admitió a 46.635 cubanos sin visas, casi el doble de los 24.277 en el año fiscal 2014. El éxodo de cubanos indocumentados se quintuplicó entre los años 2011 y 2015 (de 7.821 a 43.159). Dos tercios de los inmigrantes en el 2015 ingresaron a territorio estadounidense por su frontera sur con México, especialmente las áreas de Laredo y El Paso en Texas. La cantidad de cubanos que entró a Estados Unidos por Texas (29.069) en el 2015 prácticamente duplicó la del 2014 (16.049). Además, la Guardia Costera de Estados Unidos interceptó a 4.473 cubanos en alta mar durante el año fiscal 2015, más del doble que en el 2014 (2.111)”[1]. El acuerdo entre ambas naciones también incluyó a los cubanos residentes en EE.UU y tienen orden de deportación. Con este segundo grupo el acuerdo entre la administración norteamericana fue que, en La Habana, tienen que recibir a estos cubanos.

Con el encuentro entre Washington-La Habana, la crisis con los migrantes cubanos en distintos países latinoamericanos se fue incrementando hasta llegar a la crisis migratoria del año 2015 y la cual sigue sin resolverse. Por ejemplo, en Centroamérica esta crisis comenzó en noviembre de 2015 cuando el gobierno de Costa Rica desmanteló una red de tráfico de personas. La decisión costarricense fue trasladar a los cubanos a la frontera con Nicaragua, y prosiguieran la travesía hasta EE.UU. Sin embargo, el gobierno nicaragüense se negó a recibir a este grupo de cubanos, cerrando la frontera y militarizándola, lo cual terminó en una crisis humanitaria y en una tensión diplomática entre ambos países.

Con la decisión del gobierno de Daniel Ortega los cubanos regresaron a territorio costarricense. Esta decisión se amparó en que: “permitir el cruce de su territorio rumbo a Estados Unidos los expondría a graves peligros, además de legitimar políticas ilegales (...) porque la política de EE.UU alienta una migración insegura, indigna, desordenada e ilegal, que afecta a Cuba y que está afectando ya a la región centroamericana”[2]. A pesar de la negativa de Managua de permitir un corredor humanitario, el gobierno de Costa Rica gestionó un puente aéreo permitiendo que 7.802 cubanos atascados en ese país, viajaran hasta San Salvador, para luego desplazarse, por tierra, hasta Guatemala y llegar a México, y así proseguir la travesía e intentar cruzar la frontera con Estados Unidos.[3] Como medida de contención a los crecientes flujos de cubanos, el gobierno tico anunció que deportarían a los nacionales de esa isla caribeña que entraran ilegalmente a su territorio. La medida estuvo acompañada en abril de 2016, con el cierre de su frontera con Panamá: “Después Costa Rica, tras haber abierto casi 30 refugios y asistido a los cubanos durante meses, decidió cerrar su frontera y le tocó entonces el turno a Panamá de acogerlos. Llegó un momento en que los hoteles en Paso Canoas ya no dieron abasto, y el gobierno abrió un campamento sobre la Carretera Panamericana, a un kilómetro y medio de distancia de la frontera”[4].

Ahora el “tapón” se encontraba en Panamá. El gobierno de ese país gestionó la salida de otro grupo de cubanos rumbo a México y decidió cerrar sus fronteras con Colombia. Esta decisión extendió la crisis a tierras neogranadinas. En Turbo, Antioquia, se encontraba otro grupo de cubanos esperando la decisión sobre deportarlos o dejarlos seguir la travesía por el istmo centroamericano. Con una acción de tutela interpuesta por 27 ciudadanos cubanos se marcó un hito importante a destacar y fue cómo el Consejo de Estado llamó la atención a Migración Colombia por el modo en como resolvió la deportación de un grupo de cubanos. Esta instancia gubernamental recordó las pautas dispuestas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos para resolver situaciones en las cuales estén incursos extranjeros en situación irregular. Lo importante con esta decisión fue que los Estados deben recordar, implementar y respetar las garantías procesales de los migrantes.[5]

Es claro que, ahora, el tapón está en Colombia. Quizás el golfo de Urabá se convierta en el “Mediterráneo” caribeño. A finales de 2012 murieron 6 ciudadanos africanos y a principios de 2013 hubo otro naufragio de 7 ciudadanos de Somalia. Y en el cementerio de Turbo hay una tumba común para las personas que mueren ahogadas en el Golfo de Urabá intentando pasar a suelo panameño[6]. Eso son números de los que se tiene registro. La respuesta colombiana fue la persuasión para que los cubanos se quedaran en Brasil o Ecuador, países que los admitían como refugiados. Aunque con un proceso de “deportaciones voluntarias” las autoridades colombianas, y con amenazas de expulsión obligatoria, dieron por concluida la crisis de migrantes suscitadas en su territorio, y así 1.540 cubanos fueron deportados a La Habana.[7]

 

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[1] Duany, Jorge., La crisis migratoria cubana. En: http://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/lacrisismigratoriacubana-columna-2229129/ (Consultado el 11-02-17)

[2] http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/11/151124_migrantes_cubanos_centroamerica_fracaso_reunion_aw (Consultado el 28-02-17)

[3] cf. Duany, Jorge., La crisis migratoria cubana. En: http://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/lacrisismigratoriacubana-columna-2229129/ (Consultado el 11-02-17)

[4] http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/04/160426_panama_cubanos_varados_paso_canoas_eeuu_jp (Consultado el 28-02-17)

[5] http://www.eltiempo.com/politica/justicia/trato-de-migrantes-cubanos-por-parte-de-migracion-colombia/16752070 (Consultado el 27-02-17)

[6] Cf. http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/migrantes-en-uraba/16709498 (Consultado el 27-02-17)

[7] Cf. http://www.semana.com/nacion/articulo/crisis-de-migrantes-cubanos-en-colombia-se-supero/486412 (Consultado el 28-02-17)

 

[1] OBMICA., Estado de las migraciones que atañen a la República Dominicana-2015, cap. 1, p. 21;24

[2] OEA-OIM., Flujos de migrantes en situación irregular. Provenientes de África, Asia y el Caribe en la Américas., Washington, 2016, p. 9-11

[3] OEA., Migración extracontinental en las Américas (Memoria). Washington, 2010, p.3