Entrevista al P. Claudio Paul SJ - Asistente Del P. General SJ para América Latina Meridional

 

“El Evangelio me fue tocando. Como gotitas que fueron cayendo. Yo conocía a los jesuitas. Me puse en contacto con mi padrino que era jesuita” … Así fue como Claudio Paul sintió la llamada a la Compañía de Jesús. Nació en Brasil, ahora vive en Roma, le encanta la pasta y el helado, pero no para mucho, viaja con frecuencia a América Latina y, a petición del P. Arturo Sosa SJ, superior general de la Compañía, también lo acompaña a otros lugares del mundo. “Recientemente estuvimos en los Estados Unidos, visitando una presencia indígena. Es otro mundo, se parece algo a lo que vivimos en Latinoamérica, pero es diferente. En cada sitio tenemos que aprender de los propios pueblos cómo podemos ayudar”.

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“El hecho de que el P. Sosa sea latinoamericano le da un gran conocimiento de nuestra realidad y facilita mucho la labor del asistente.”
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“¿Los asistentes son “la antesala del poder” en la Compañía?” Preguntamos para que nos explique su función. Responde Claudio con sosiego: “Un poco sí”. Confiesa que ha ido aprendiendo lo que es un asistente realizando el trabajo. Nos explica que él lee todo lo que llega desde su Asistencia (territorio encomendado) para el P. General, que tras la lectura hace un resumen y que también hace su propuesta de respuesta a partir de lo leído. “Una vez a la semana nos reunimos con el P. Sosa y dialogamos sobre los temas que están sobre la mesa”. Nos muestra lo importante que es el conocimiento del área geográfica que tiene encomendada. “Con Arturo, que es latinoamericano, es más sencillo. Su conocimiento de la realidad facilita mucho mi labor. Los demás asistentes tendrán otras dificultades”.

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“Las presencias de la Compañía de Jesús en América Latina y el Caribe están cambiando hacia una mayor colaboración.”
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América Latina y el Caribe están organizadas en dos asistencias, el P. Claudio Paul hace su misión con las presencias jesuitas en los países del sur, “De Ecuador hacia el norte corresponde a otro”, nos dice sonriente. “Gracias a Dios”, nos dice el asistente, “la Compañía de Jesús en América Latina está cambiando mucho en la línea de una mayor colaboración entre las diferentes provincias, también entre las instituciones, entre laicos y jesuitas, entre redes eclesiales”.

La visita del P. Claudio Paul a nuestra oficina de la CPAL ha sido posible gracias a la invitación que la Provincia del Perú le hizo: “Me pidieron que viniera a acompañar en los Ejercicios a la Provincia. Todo lo demás son extras”, nos dice sonriente. “Momento duro para el país”, le comentamos, “vivimos tiempos complicados”, nos dice. “Pero no es solo aquí: acabamos de vivir en Brasil una situación tensa. Pero pasa en todos los países. Hay muchas amenazas contra la democracia y no sabemos muy bien hacia dónde evolucionará. Es posible volver a modelos y fórmulas caducas. Es un reto para la sociedad y también para la Compañía de Jesús: ¿Cómo podemos aportar para avanzar hacia la justicia, el respeto, el desarrollo?”.

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“La Compañía está invitada a ser presencia en las encrucijadas difíciles. Si vivimos demasiado cómodos es que no estamos donde debiéramos.”
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“Situación compleja, a veces hasta la muerte”, le comentamos. “En los setenta y ochenta fue muchísima muerte. Recientemente también en México. Es lo que pasó con Javier Campos y Joaquín Mora. No debe extrañarnos. La Compañía está invitada a ser presencia en las situaciones y encrucijadas complejas de la sociedad. Si estamos ahí nos puede tocar afrontar con la propia vida. Con ese riesgo contamos. Si estamos muy seguros y muy cómodos, no sería nuestro lugar”. El asistente nos hace notar que, además, no estamos solos en esto: “Mucha gente con la que colaboramos. Es signo del Espíritu en la nueva Iglesia. Los bautizados somos responsables de toda la misión de la Iglesia”. “¿Será que nos juntamos porque somos pocos?” “Esa es una manera que también habla el Espíritu: somos menos, nos obliga a buscar otro tipo de relaciones con el resto de la Iglesia y también con la sociedad”.

Nos cuenta el P. Claudio Paul que su papá era luterano y se convirtió al catolicismo. “¿Nos ocupa, nos preocupa la presencia de las Iglesias Evangélicas?” Tiene claro que nos ocupa y también que algunas derivas de las nuevas comunidades deben preocuparnos. Pero ve que de ellas también podemos aprender: “El bautizado es el que lleva la Iglesia. A veces, en el catolicismo, tenemos demasiada dificultad con la participación. Quizás debamos aprender algo”. Nos hace notar que precisamente en este campo, en el de los ministerios laicales, América Latina tiene mucho que mostrar de su experiencia al resto de presencias de la Compañía en el mundo.

La conversación con el asistente nos va llevando por otros temas. Mientras tanto, Tiffany va tomando fotografías de nuestro encuentro. El P. Claudio Paul entra con claridad en el tema medioambiental: “No estamos haciendo suficiente, es un desafío”. También, nos dirá, es un desafío nuestra presencia con los pueblos indígenas: “Estamos, pero debemos estar con más claridad. Hay retos nuevos sobre cómo convivir, debemos acompañar para aprender de los propios pueblos cómo podemos ayudarlos”.

“Para ser parte de un cuerpo de servidores”, nos dice cuando, llegando al final de nuestra conversación le preguntamos por qué permanece, para qué vive en la Compañía después de tantos años desde aquella su conversación con su padrino que le mostró el camino hacia la Orden. “¿Y un joven ahora?”, le preguntamos. “Pues lo mismo”, nos dice. “Si se está dispuesto a entregar la vida con generosidad, de la mano con el Señor, hay que dar la bienvenida a quien sienta esta llamada”. 

 

Escucha la entrevista completa aquí: 

 

Lucas López, SJ
Oficina de Comunicaciones de la CPAL