El artículo mensual de la Red de Solidaridad y Apostolado Indígena (RSAI) nos lo comparte en esta ocasión Maria Luisa Urrelo Veliz, miembro del Equipo de Reflexión sobre Culturas y Religiosidades Indígenas de Latinoamérica – ERCRILA.

 

“SABER CAMINAR” (SUMA SARNAQAÑA)[1] para el buen convivir en la cotidianidad.
No caminamos solos/as, “caminamos juntos/as”

 

Queremos caminar hacia el horizonte del Buen Vivir, esa filosofía de vida que encuentra su fuente en la sabiduría de los Pueblos Originarios; pero no parece ser tan sencillo. El modelo de desarrollo vigente ha impactado e impacta en los territorios urbanos y rurales, de formas cada vez más complejas y aceleradas; nos impacta a todos/as. Así, la “crisis socio-ambiental” demanda la “urgencia de un cambio de paradigma que pasa por la forma de ver, vivir y sentir como persona y comunidad, en el día a día. Lo han dicho también hermanas y hermanos de la Red de Solidaridad y Apostolado Indígena[2]: ¿Por qué a la mujer es a la última a la que le llega el Buen Vivir…?, si los libros hablan del Buen Vivir ¿por qué vivimos mal?, en nuestras comunidades no siempre existe el Buen Vivir, sino que quieren vivir mejor -¿cómo transmitir [el Buen Vivir] a nuestros compañeros de las comunidades?-, [Hay que] escuchar más a los pueblos para descubrir el misterio del Buen Vivir”.

Al respecto, desde la filosofía del Buen Vivir - Suma Qamaña (en aymara), Fernando Huanacuni, recuperando la sabiduría de nuestros pueblos, expone 13 principios, requisitos indispensables como ejercicios cotidianos para vivir en plenitud. Esos 13 principios[3], tienen que ver con la cotidianidad: saber comer que no es equivalente a llenar el estómago, saber dormir (dormir dos días, es decir dormir antes de la media noche, para tener las dos energías; la de la noche y la de la mañana del día siguiente), saber hablar (antes de hablar hay que sentir y pensar bien… significa hablar para construir…todo lo que hablamos se escribe en los corazones de quienes lo escuchan), saber trabajar, saber danzar, saber pensar, saber beber, saber soñar, saber meditar, saber dar y recibir, saber amar y ser amado, saber escuchar y saber caminar.

De aquellos 13 principios; el principio de “saber caminar” (suma sarnaqaña) plantea:

“No existe el cansancio para quien sabe caminar. Debemos estar conscientes de que uno nunca camina solo; caminamos con el viento, caminamos con la Madre Tierra, caminamos con el Padre Sol, caminamos con la Madre Luna, caminamos con los ancestros y con muchos otros seres”

Este principio, en sus dimensiones “comunitaria y cosmocéntrica[4]” propias del Buen Vivir, significa que no caminamos solas/os, que somos hombres y mujeres que caminamos juntos/as. Tenemos compañeros y compañeras de camino en un sentido y diversidad que, desde nuestra Iglesia, podríamos leer en el “simbolismo y realidad de la sinodalidad”. El principio del “saber caminar” (suma sarnaqaña), también significa que estamos integrados a toda la creación. Desde esa mirada, la creación en su conjunto es nuestra compañera de camino, como lo son también nuestros ancestros/as. Caminamos con ellos y ellas, en conectividad con el todo. En ese sentido, caminar juntos/as, hace más llevadero el camino y también nos hace responsable del otro/a.

Pero caminar juntos, “es un concepto fácil de expresar a palabras, pero no es fácil de poner en práctica” (Papa Francisco, 17.10.2015). En este tiempo complejo, de individualismo y antropocentrismo, de búsqueda de sentido de la vida, cuando pareciera que esta pesara, por la suma de heridas personales del cuerpo y alma, cuando hay problemáticas nuevas, en contextos diferentes, y hay miedo, es cuando más puede ayudarnos la comprensión del sentido del “suma sarnaqaña. Necesitamos saber y sentir que no caminamos solas, que tenemos compañeros y compañeras de camino, que toda la creación es nuestra compañera, que ahí está Dios y camina con nosotros/as.

Hace poco, en el encuentro presencial de la Red de Solidaridad y Apostolado Indígena -RSAI y el Equipo de Reflexión sobre Culturas y Religiones Indígenas- ERCRILA (octubre de 2022) el sentido del suma sarnaqaña se manifestó en el sentir de nuestros /as hermanos/as itinerantes; “laicos, laicas y jesuitas insertos en Pueblos Originarios y/o pertenecientes a ellos”, a través de la frase No venimos solas/os venimos con los otros que no están”. Es así como queremos caminar, así queremos peregrinar, en conectividad con el todo, en diálogo, leyendo las nuevas realidades, hacia el mismo horizonte, juntos/as, desde donde toque estar, con la gracia de saber y sentir que no estamos solos/as.

Maria Luisa Urrelo Veliz
Miembro del ERCRILA

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[1] Huanacuni, Fernando. Sumak Kawsay: El Buen Vivir y sus 13 Principios. 18 de marzo de 2015. Disponible en: https://www.ecoportal.net/paises/america-latina/sumak-kawsay-el-buen-vivir-y-sus-13-principios/ 
También asumido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia. Disponible en: https://cancilleria.gob.bo/webmre/pagina/1231
[2] Memoria del Encuentro bienal de la Red de Solidaridad y Apostolado Indígena (RSAI) de América Latina de la Compañía de Jesús. Santa María Chiquimula, Guatemala. 2018.
[3] Para el Pueblo Maya 13 no es número de mala suerte, sino un número muy significativo.
[4] Equipo de reflexión Red de Solidaridad y Apostolado Indígena RSAI. Buen Vivir Reflexión desde la presencia en los pueblos indígenas aymara, wapichana, maya y mapuche. Compañía de Jesús en América Latina-2018.

 

Información de la Red de Solidaridad y Apostolado Indígena - RSAI