Compartimos el artículo de la Red de Solidaridad y Apostolado Indígena (RSAI) redactado por el P. Aloir Pacini SJ, miembro de la Pastoral Indígena de la Compañía de Jesús en Brasil. 

 

Este breve texto recupera el proceso de atracción y sedentarización de los Rikbaktsa, vivido entre los años 1956 y 1973, y que guarda en la memoria la labor de los jesuitas que, después de la supresión, regresaron a la Amazonía en 1929 para trabajar con los indígenas. Me baso en una extensa y cuidadosa investigación, sustentada en documentos que se encuentran en los archivos de la Prelatura de Diamantino (Mato Grosso, Brasil), y que se complementan con los relatos sobre la convivencia fraterna de los misioneros que participaron de la experiencia en aquellos momentos, así como mi amistad y complicidad con los Rikbaktsa, que me sumergieron en cuerpo y alma en la experiencia misionera indígena a través de tantas historias y experiencias concretas.

Yo conocí al Padre João Dornstauder SJ el 23 de diciembre de 1989, cuando conmemoraba sus 50 años de vida presbiteral al servicio de los pueblos indígenas, especialmente con los Rikbaktsa, cuyo territorio empezó a ser invadido en 1942 por quienes buscaban el látex.

Padre João Dornstauder con los Rikbaktsa en su territorio tradicional y en Utiariti (1958/1961).

Recuerdo que el cacique de los Rikbaktsa, Mapadadi, me enseñó a hacer fuego frotando un palo de pupunha sobre el palo duro de la planta de algodón, cuando llegué a vivir con ellos en 1991, de esta manera aprendí que ellos tienen su manera de hacer las cosas. Tanto Mapadadi como el P. João caminaban a través de los pueblos indígenas para dirimir sus conflictos internos.

Me di cuenta que los Rikbaktsa tienen mucho que enseñar a la sociedad brasileña y mundial, pues lograron superar el trauma del contacto con la sociedad occidental y resistir con valentía el hostigamiento por la extracción de la madera y la exploración de sus territorios demarcados. Nuestra sociedad es sumamente invasiva y muy consumista, no se contenta con la formación de los municipios alrededor de las tierras indígenas (dejándoles solo tres tierras demarcadas - Rikbaktsa, Japuíra e Escondido); no quiere sólo la castaña, quiere la madera que brota exuberante, como los castaños plantados por los indígenas, y también los bienes del subsuelo Rikbaktsa, y cada vez más... ¡Hay que cuidarse de los codiciosos!

En las relaciones interétnicas de la región de los ríos Arinos, Sangue y Juruena, los Rikbaktsa tenían cierto equilibrio antes de la llegada de los caucheros y otros invasores. Yo creo que los encuentros transforman a las personas, como los que tuve con Mapadadi, el padre de Domingas, Cleci y Marcolino, quien me acogió en su clan familiar (llamado Arara Amarela); ellos me hicieron su hermano para ayudar a restablecer el equilibrio perdido, un sistema de alianzas con una Iglesia más amplia y una sociedad envolvente.

Según la documentación que encontré, comprendí que los Rikbaktsa percibieron al Padre João Dornstauder como un pariente, alguien en quien podían confiar y utilizar para ayudar a pacificar a los caucheros, ya que no era posible el diálogo. Ellos tuvieron conflictos bélicos, e incluso encuentros pacíficos con los caucheros, pero no eran permanentes. Por considerarlo uno de ellos, el Padre João desempeñó el papel histórico de pacificar a los caucheros y los Rikbaktsa desde 1956. Él solía decir: “Cauchero bueno, Canoero (Rikbaktsa) bueno!”.

Estoy reflexionando sobre los escritos que el Padre João ha dejado, pero también sobre la necesidad de yo escribir algo, para que la gente que va a leer ese texto comprenda que es un todo un aprendizaje escribir y leer. Para quienes deseen seguir este proceso de aprendizaje, tener algo escrito ayuda en el diálogo, pues pueden acceder a la sistematización de estos datos de manera más amplia[1]. La historia de los Rikbaktsa fue registrada principalmente en la agenda diaria de los Puestos de Pacificación, escritos por el Padre João y el luterano Fritz Tolksdorf. Abrí esta “ventana” de textos, escritos por misioneros, para ver a los Rikbaktsa a través de ellos.

El Padre João dijo, en 1988, que estaba en sus andanzas como misionero para “Servir al lado y con Jesús” en la parte amazónica del Mato Grosso (Brasil); y “que no fue él quien descubrió el lugar de la Rikbaktsa”, sino que fueron los Rikbaktsa quienes lo observaron y lo llevaron a sus aldeas (información del Padre João al P. José Miguel Clemente Clavijo SJ). Así, la iniciativa para la pacificación fue primero de Jesucristo, pero en la práctica, fueron los Rikbaktsa quienes tomaron la dirección de su proceso histórico.

Ellos atacaban en varios lugares, a la vez que sembraban el pánico entre los caucheros, pero eso solo les funcionó durante un tiempo, ya que la codicia por el látex era más fuerte. Entonces buscaron al Padre João y lo llevaron a sus pueblos. La información etnográfica existente narra que lo habían observado por mucho tiempo, pero no lo mataron ni atacaron, ni a él ni a los pocos indígenas de otras etnias que lo acompañaban (y que estaban desarmados). Se dieron cuenta de que podía ser un aliado. Vamos comprender mejor lo que pasó.

Encuentro con Mùigynani

Me encontré con el Padre João en medio de un camino de gran amor por la Rikbaktsa, por lo que era reconocido por ellos como Mùigynani resucitado[2], un antepasado que había regresado para ayudarlos en la guerra que tenían contra los caucheros. En la cultura Rikbaktsa se concibe que, aquellos fallecidos, vuelven en otro momento para actualizar su historia, por eso reciben el nombre del antepasado fallecido.

El fallecido Wagademy [Waganemÿ], padre de Isidoro y marido de Domingas (mi hermana Rikbaktsa), fue gran amigo del Padre João. Él contó como Mùigynani[3] fue herido 4 veces: por un cauchero[4], por los enemigos Cinta-Larga[5], por un tigre de la zona[6] y por un mono[7]. Wagademy narra también que Rarimy, hijo de Mùigynani, fue asesinado por un cauchero, por eso él tenía interés en la pacificación mucho antes de su muerte.

Padre João Dornstauder con diferentes etnias en Utiariti, y el Rikbaktsa Wagademy en su territorio tradicional (1960/1961).

En mis investigaciones también descubrí la fuerza y resistencia de los Rikbaktsa ante grandes sufrimientos con muchas pérdidas humanas: en el enfrentamiento con los caucheros y otros occidentales. Encontré también documentos preciosos, muchos del Padre João, cuidadosamente escritos y dibujados, como mapas, y que dan acceso a una historia que es necesaria de conocer para comprender dónde estamos en el momento presente.

La cosmología Rikbaktsa trae la posibilidad de transformar los sufrimientos pasados, no quedándose en los traumas, sino superándolos, armonizan los colores de las plumas para su indumentaria, la castaña y la carne de mono que comían en sus rituales en comunidad... Es decir, armonizan la vida como forma posible de estar en este mundo como guerreros de la Paz. Con Mùigynani, que volvió como el Padre João para ayudar a pacificar a los caucheros, según el pensamiento mítico Rikbaktsa, observo que no hay fronteras para incorporar y establecer alianzas con los extranjeros cuando vienen en paz.

Esta historia, vista a través del Padre João o del Padre Balduino Loebens (que estuvo allí más 40 años), me enseñó que fue la convivencia la que hizo posible que esta sociedad exista, la confianza mutua que hzo posible la sobrevivencia de ambos. Este es el desafío de las Misiones actuales en la Amazonía, o en cualquier parte del mundo, para vivir bien, una obra siempre en construcción que necesita mucho tiempo para alianzas duraderas.

P. Aloir Pacini, SJ
Pastoral Indígena
Jesuitas Brasil

--------------------------------- 

[1] DORNSTAUDER, Pe. João Evangelista. Como Pacifiquei os Rikbaktsa. Pesquisas, São Leopoldo. 1975
[2] PACINI, Aloir. Um Artífice da Paz entre os Rikbaktsa. EdUFMT. 2019: p. 188-204.
[3] Pacini, 2019: p. 193.
[4] Lunkes, Odilo Pedro. Origem, Lendas e Costumes dos índios Rikmakca. Separata de Estudos Leopoldenses. Ano XIII. Vol. 13, nº 48. 1978b: p. 19.
[5] Lunkes, 1978b: p. 20.
[6] Se cita en el índice de Lunkes 1978b p. 3, pero sin mayor desarrollo.
[7] Lunkes, 1978b: p. 20.

 

Uma etno-história de Amor entre o jesuíta Padre João e os Rikbaktsa (POR)