El Video del Papa de agosto trata sobre la vocación propia de la Iglesia, evangelizar, y sobre la necesidad de una reforma que, según Francisco, ha de comenzar en “nosotros mismos” avanzando en una experiencia de oración, caridad y servicio, inspirados por el Espíritu Santo.

 

El Video del Papa abre con la vocación propia de la Iglesia, que es evangelizar. El Santo Padre sueña con una “opción más misionera, que salga al encuentro del otro sin proselitismo y que transforme todas sus estructuras para la evangelización del mundo actual”. Francisco, subraya que no se trata de proselitismo pues este estilo misionero pasa antes de todo por “la reforma de nosotros mismos”, es el testimonio de una vida con sabor de Evangelio que atrae.

Como explicó en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium: “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”.

El primer paso es avanzar en este sentido, como nos pide el Santo Padre, y para eso necesitamos dejarnos guiar por el Espíritu Santo para que “nos recuerde lo que Jesús enseñó y nos ayude a ponerlo en práctica”.

Remedios para una Iglesia en crisis: oración, caridad y servicio

“La Iglesia siempre tiene dificultades, siempre tiene crisis”, argumenta también El Video del Papa en este mes. Tan solo hace unos meses se hizo pública la carta con la que Francisco rechazó la renuncia ofrecida por el Cardenal Marx. En ella, no solo se mostró de acuerdo con que “toda la Iglesia está en crisis a causa del asunto de los abusos”, sino que lo animó continuar su labor de pastor y enfatizó que “la reforma no consiste en palabras sino en actitudes que tengan el coraje de ponerse en crisis, de asumir la realidad sea cual sea la consecuencia. Y toda reforma comienza por sí misma. La reforma en la Iglesia la han hecho hombres y mujeres que no tuvieron miedo de entrar en crisis y dejarse reformar a sí mismos por el Señor”.

El remedio para afrontar y emprender esta reforma nunca puede estar en las propias ideas, ideologías o prejuicios. Siguiendo el ejemplo de Jesús, del corazón del Evangelio, el camino es aquel que avanza “a partir de una experiencia espiritual, una experiencia de oración, una experiencia de caridad, una experiencia de servicio”. Como también dijo en la carta al Cardenal Marx: este es “el único camino, de lo contrario no seremos más que ‘ideólogos de reformas’ que no ponen en juego la propia carne”.

Rezar por la Iglesia

El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó: “Ya al final del año pasado, unos días antes de NavidadFrancisco había querido desarrollar la diferencia entre conflicto y crisis para dejar en claro que estas últimas siempre nos pueden dejar algo positivo. Es un tiempo propicio para el Evangelio y la reforma de la Iglesia. Como dice el Santo Padre: ‘debemos tener la valentía de estar dispuestos a todo; debemos dejar de pensar en la reforma de la Iglesia como un remiendo en un vestido viejo.’ Ante la crisis, lo primero que podemos hacer es aceptarla, como un tiempo propicio para buscar y reconocer la voluntad de Dios. Esto significa no cansarnos de rezar, como tanto insiste el Papa; no cansarnos de seguir el ejemplo de Jesús en el servicio, en la caridad, en el encuentro con el otro, con el que sufre, con más vulnerable y que más lo necesita. ‘El camino siempre tiene que ver con verbos de movimiento. La crisis es movimiento, es parte del camino’, dijo también. Recemos por la Iglesia, para que reciba del Espíritu Santo la gracia y la fuerza para reformarse a la luz del Evangelio”.

Papa Francisco – Agosto 2021

“La vocación propia de la Iglesia es evangelizar, que no es hacer proselitismo, no. La vocación es evangelizar, más aún, la identidad de la Iglesia es evangelizar.
Solo podremos renovar la Iglesia desde el discernimiento de la voluntad de Dios en nuestra vida diaria. Y emprendiendo una transformación guiados por el Espíritu Santo. Nuestra propia reforma como personas, esa es la transformación. Dejar que el Espíritu Santo, que es el don de Dios en nuestros corazones, nos recuerde lo que Jesús enseñó y nos ayude a ponerlo en práctica.
Empecemos reformando la Iglesia con una reforma de nosotros mismos. Sin ideas prefabricadas, sin prejuicios ideológicos, sin rigideces sino avanzando a partir de una experiencia espiritual, una experiencia de oración, una experiencia de caridad, una experiencia de servicio.
Sueño con una opción aún más misionera, que salga al encuentro del otro sin proselitismo y que transforme todas sus estructuras para la evangelización del mundo actual.
Recordemos que la Iglesia siempre tiene dificultades, siempre tiene crisis, porque está viva. Las cosas vivas entran en crisis. Solo los muertos no entran en crisis.
Recemos por la Iglesia, para que reciba del Espíritu Santo la gracia y la fuerza para reformarse a la luz del Evangelio.”

 

 Imágenes e información de thepopevideo.org