Pedro Arrupe nació en Bilbao el 14 de noviembre de 1907. El 14 de noviembre de 1980 nació en Roma el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS por sus siglas en inglés). No es casual que estos dos acontecimientos estén vinculados. El P. Pedro Arrupe es el fundador del JRS. Fue él quien, como Superior General de los jesuitas, sintió la inmensa necesidad de los refugiados que buscaban asilo después de haber sido forzados a dejar su país. Fue él quien escuchó su grito y dirigió a la Compañía de Jesús al servicio de los olvidados del mundo.

El P. Arrupe no sabía cuánto tiempo necesitaría esta nueva obra. No podía imaginar que el número de refugiados continuaría creciendo durante décadas. Pero el impulso que dio al Servicio Jesuita a Refugiados fue lo suficientemente fuerte como para que la obra atravesara crisis humanitarias y ahora continúe sirviendo, acompañando y defendiendo a los refugiados en unos cincuenta países.

Este 14 de noviembre, oremos juntos recordando a este gigante visionario para la Iglesia y el mundo que fue el P. Pedro Arrupe. Su causa de beatificación se introdujo el 5 de febrero de 2019. El postulador, P. Pascual Cebollada, sigue recogiendo testimonios sobre nuestro antiguo Superior General. Estos testimonios están escritos por personas que conocieron a Pedro Arrupe, o son recogidos en entrevistas a los más cercanos a él en las distintas etapas de su vida.

El avance de una causa de beatificación - y eventualmente de canonización - también depende en gran medida de la oración. En este caso, de la oración por y con el P. Arrupe, un claro testimonio de culto público continuo. Entonces, ¿por qué no dedicar dos minutos de su tiempo, con ocasión del aniversario del nacimiento del P. Arrupe?

 

Oración propuesta para la beatificación del P. Arrupe:

Dios, Padre bueno, que en el bautismo has revestido de Cristo a tu siervo Pedro Arrupe y lo llamaste a su seguimiento en suma pobreza espiritual en la Compañía de Jesús, escucha benigno nuestra oración.

Él se entregó a ti plenamente, como misionero y guía de sus hermanos, tanto en la salud como en la enfermedad.

Movido por el Espíritu Santo, lo has puesto al servicio de la fe convirtiéndolo en maestro de discernimiento y dócil servidor de la justicia del Reino.

Con confianza te rogamos que, a imitación de Jesucristo pobre y humilde, a quien amó entrañablemente, el Padre Arrupe pueda ser reconocido como modelo de vida evangélica y testigo de cómo ser profetas en el mundo, animándonos a ser, en toda cultura, “hombres y mujeres para los demás”.

Por su intercesión, y para tu mayor gloria, te pido ahora esta gracia particular […] que desees concederme para tu servicio y alabanza.

Por Cristo, nuestro Señor. Amén

 

Te invitamos a visitar la página web del memorial P. Pedro Arrupe

 

Fuente: Jesuits Global