Nada hay más urgente en la iglesia de hoy que volver a Jesús para centrar con más verdad y fidelidad nuestra espiritualidad en su persona y su proyecto de reino de Dios. En unos tiempos en que se está produciendo un cambio socio-cultural sin precedentes, la iglesia necesita una conversión al Espíritu que animó la vida entera de Jesús, que es fuente y camino de una espiritualidad sana, creativa, liberadora y generadora de esperanza. Después de veinte siglos de cristianismo, el corazón de la iglesia necesita conversión y purificación. De lo contrario el cristianismo corre el riesgo de diluirse en formas religiosas cada vez más decadentes y sectarias, y cada vez más apartadas de lo que fue el movimiento inspirado y querido por Jesús.