Sobrino comienza por explicar que es una pregunta chocante pero necesaria. Lo que está en juego en las reflexiones que expone es simplemente si la realidad (ontológica y salvíficamente verdadera) de Jesucristo se muestra existencialmente también como buena noticia, lo cual -desde un punto de vista histórico- no es tan obvio. Y es que, en definitiva, se puede ser Dios, se puede se hombre e incluso se puede ser salvador de distintas maneras. El quid de la cuestión está, entonces, en ver desde Jesús cómo Dios, hombre y el salvador pueden ser un Dios, hombre y salvador buenos para nosotros. Esto es lo que analizar Sobrino en este escrito.