Programa Pedro Fabro: propulsor de la espiritualidad de la colaboración y trabajo en red
Entendemos que la espiritualidad de la colaboración consiste en sentir, gustar, concientizar que la misión que se nos ha encomendado se realiza con otros. Se trata de construir un “conocimiento interno” del Señor y su envío como desafíos que nos convocan a vincularnos con otros para discernir, negociar y canalizar capacidades que dinamicen y faciliten mayor fecundidad.
Con mediaciones pertinentes y continuas (análisis de contexto, plan de acción, acciones conjuntas, conversación y discernimiento de la misión entre compañeros, instancias de articulación, etc.), la espiritualidad se transforma en mentalidad vincular y en hábitos en las instituciones, esto es, que siempre pensemos y construyamos de modo interdependiente.
En la Provincia de Venezuela, las redes apostólicas ignacianas regionales son una mediación para sensibilizar, cultivar y desarrollar un modo de proceder en la misión que sea colaborativo y en red, que tiene a la espiritualidad ignaciana como fuente y activador.
Se han constituido seis redes de articulación de las diversas obras jesuitas que intervienen en el país con la finalidad de ser una instancia para el discernimiento apostólico común – regional, fortalecer el talento humano regional (pertenencia/identidad, espiritualidad, instalar capacidades), facilitar acciones apostólicas conjuntas de interés local y común entre algunas obras y dinamizar la articulación para ejecutar proyectos, programas conjuntos, indicados por las direcciones nacionales de las obras.
Hay un documento de Colaboración y trabajo en red que orienta la conformación, gestión y funcionamiento de las redes regionales. En efecto, en su núcleo, en el primer nivel, hay un equipo coordinador de la red que está integrado por un coordinador laico, un laico asistente y un jesuita que sirve como acompañante espiritual y apostólico del proceso local. Este es el equipo animador, convocante y movilizador de la red.
En segundo nivel, el equipo coordinador congrega a los coordinadores y directores de las obras jesuitas en las regiones para conformar la red, este es el nivel de diálogo, discernimiento y construcción de horizonte, planeación conjunta y acción común en la región.
Y en último nivel, según horizonte y acción común, la red convoca y se articula con el resto de los colaboradores de las obras y con otras organizaciones y redes civiles y eclesiales de la región, para realizar el horizonte y las acciones comunes acordadas por la red en el marco del Plan Apostólico 2021 – 2026.
Gracias al Programa Pedro Fabro de la CPAL, en este año 2022-2023, estuvimos impulsando a nivel nacional un proceso de fortalecimiento de la vocación, compromiso y espiritualidad de la colaboración por medio de 17 tandas de ejercicios espirituales, de 5 días, en el que participaron 341 colaboradores, acompañados por 15 jesuitas y 12 laicos. Antes y después de las tandas, los implicados estuvieron dialogando sobre anotaciones, adiciones, modos de orar, reglas de discernimiento y experiencias de discernimiento apostólico. Los frutos de este proyecto, ahora, serán cultivados a través de ejercicios espirituales en la vida corriente para los colaboradores que más se quieran afectar.
Terminamos consolados y agradecidos por los frutos en la provincia y la alianza con el Programa Pedro Fabro de la CPAL. Que Dios nos siga bendiciendo con su alegría, temple y esperanza en el corazón.
Robert Rodríguez, SJ. Coordinador de la Comisión Colaboración y Trabajo en Red