La Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe - CPAL tiene el agrado de compartir el documento: "El Buen Vivir de los pueblos originarios en América Latina, modelo y esperanza de vida", una sistematización del Equipo de Reflexión sobre las Culturas y Reflexiones Indígenas en América Latina (ERCRILA) que pertenece a la Red de Solidaridad y apostolado Indígena (RSAI) de la CPAL.

Confiamos en que su lectura nos ayudará a ampliar y profundizar nuestro compromiso por una ciudadanía multicultural que descubre que todo está interconectado y que es posible una vida en armonía y de calidad para todas las personas.

PRESENTACIÓN

 En el Buen Vivir de los Pueblos Originarios,
está el fermento de una sociedad,
con armonía justicia y libertad.
Arely Araoz

El Buen Vivir es común a los pueblos originarios. Si bien cada uno de ellos tiene su forma concreta de expresarlo, la mayoría coincide en la armonía con la persona, la comunidad y la creación. Ellos viven esta cosmovisión del Buen Vivir, desde la complementariedad hombres-mujeres, vida-muerte, etc. Así mismo, es principio del Buen Vivir la reciprocidad “hoy por ti mañana por mí”, el trabajo comunitario en beneficio de todos (Bien Común). Ello hace que los pobladores y pobladoras de los pueblos originarios tienen mucho que aportar al mundo de hoy. En resumen, lo más importante es que todos somos hermanas y hermanas para compartir la vida con respeto a la naturaleza.

Ofrecemos esta sistematización que recoge las reflexiones en torno al Buen Vivir realizadas en el ERCRILA (Equipo de Reflexión sobre las Culturas y Religiones Indígenas en América Latina) conformado por laicos, laicas y jesuitas que comparten la vida cotidiana con los pueblos originarios. Esta sistematización ha sido elaborada por el Dr. Reinaldo Rojas y  la Lic. Mercedes Solis, con los aportes de miembros del ERCRILA que forma parte de la RSAI (Red de Solidaridad y apostolado Indígena) de la CPAL (Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe).

Sin duda, los más de 8 mil millones que habitan este planeta buscan ¿Cómo podemos vivir bien? La realidad nos muestra que vivir bien no es acumular riquezas, es más bien interiorizar: las diversas riquezas culturales para la construcción del Bien Común, reconocer que el planeta tierra no es una despensa sino una creación viva que debe ser cuidada donde los ecosistemas son vitales por sí mismos y para el beneficio de las personas que la habitan, que la economía y tecnología deberían estar al servicio de todos los seres humanos y no en beneficio de algunos.

Vivir bien, en la actualidad, se confunde con la forma de vida propia del bon vivant (aquellos que disfrutan de todo, acaparando riquezas, sin importarles los demás). Sin embargo, realmente vivir bien implica un Buen Vivir. Es decir, ser y estar en el mundo buscando lo que produce bien-estar sostenible y sustentable para todos, incluyendo a las generaciones futuras. 

La globalización, con todo lo bueno que aporta, ha sido subsumida por la economía y la tecnología. Se ha dejado de lado la glocalización en donde hay una armonía en entre lo global y lo local. Los aportes de esta sistematización apuntan precisamente a glocalizarnos. En otras palabras, a mantener un diálogo intercultural que permita aportar desde el Buen Vivir de los pueblos originarios lo que somos: un mundo globalizado y al mismo tiempo conformado por particularidades locales. El desafío es hacer la complementariedad entre lo global mundial y lo local. En este sentido lo glocal está expresado en la cosmovisión de los pueblos originarios, y lo global, por decirlo de alguna manera, en el término de una cosmovisión homogeneizadora llamada “cultura occidental”.

El mundo es ancho y ajeno, decía José María Arguedas. Ancho porque debería haber cabida para todos, y ajeno porque algunos y algunas excluyen a otros. Esta publicación intenta contribuir a que el mundo sea ancho, pero no ajeno, pues este planeta está conformado por diversas culturas cuyas voces pueden hacer la composición polifónica que incluye a todas las personas.

Todo puede cambiar si se comienza desde la verdadera escucha, diálogo y lucha. Como dice Rigoberta Menchú, premio nobel de la paz 1992: “La única lucha que se pierde es la que se abandona!” “La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz.” “¡La única lucha que se pierde es la que se abandona!”

Los hermanos y hermanas de los pueblos originarios de América Latina nos abren las posibilidades y alternativas para tener un Buen Vivir. Todo depende de nosotros.

 

Descarga y lee el documento de sistematización aquí

 

CARLOS MIGUEL SILVA CANESSA, SJ
COORDINADOR DE ERCRILA

 

Oficina de Comunicaciones CPAL